Terror ante la pandemia por COVID-19: Cuando el miedo se contagia más que el virus. Segunda parte*

Por Karina Velasco Cota

El renombrado psicoanalista Wilfred Bion, a partir de su experiencia con grupos y sus finas observaciones clínicas, acuñó el término de supuesto básico para describir un conjunto de creencias y actitudes grupales articuladas en el no pensamiento. Cuando opera el supuesto básico, la persona abandona su voluntad y capacidad de juicio, para responder automáticamente en concordancia con los convencionalismos del grupo. Ésta es una forma de lidiar con la angustia y de satisfacer los deseos de forma omnipotente y mágica. Para Bion, la obediencia ciega y el sometimiento que se advierte en grupos militares, políticos y religiosos, serían un ejemplo de este fenómeno.

Echando mano de esta perspectiva, y de la de Freud que mencioné en la primera parte de este artículo, podemos pensar que muchos de los comportamientos poco razonables que observamos durante la pandemia, así como el estado de pánico, responden al contagio emocional y la conducta imitativa propios del funcionamiento grupal. Las personas responden actuando y no reflexionando, compran desmesuradamente sin pensar en las consecuencias, con la creencia inconsciente de que su proceder les asegurará alguna protección frente a algo a lo que nadie tiene inmunidad, ni siquiera aquel que haya podido acumular todo el papel y los desinfectantes del supermercado.

Sin embargo, las cosas que hacemos y nos pasan no tienen que ver exclusivamente con el funcionamiento grupal, sino también aspectos personales y específicos. En la esfera individual se entrelazan factores constitucionales, psíquicos y experiencias vitales, por lo cual, ante un evento de esta dimensión, la experiencia de cada uno se verá afectada por nuestras condiciones psíquicas previas. En una gran cantidad de casos, esta crisis, puede revelar o agudizar una serie de dificultades emocionales prexistentes.

Pensemos, por decir algo, en una persona con carácter fóbico, o bien, otra con aspectos obsesivo-compulsivos, probablemente, ambas tomarán las precauciones adecuadas ‑lo cual es muy bueno‑, no obstante, también serán mucho más propensas a sentirse amenazadas todo el tiempo, a sufrir episodios de miedo y a aislarse radicalmente en casa. Por otro lado, en una persona depresiva es posible que se agraven los pensamientos trágicos y la desesperanza. Desde la perspectiva psicoanalítica, se piensa que las reacciones anímicas se vuelven desproporcionadas cuando el conflicto interno (psíquico) se desplaza y encuentra como lugar de expresión un evento externo, como un terremoto o una pandemia. Ahora bien, no se trata de fórmulas predictivas, ya que el funcionamiento psíquico es complejo, sino de la facultad para poder reflexionar sobre el impacto que una contingencia tiene no sólo en el nivel general de población, sino también en el nivel individual.

Hoy en día, el psicoanálisis apuesta por una exploración compleja de todo fenómeno mental, de manera que, tratar de comprender la respuesta emocional de la gente ante la propagación del coronavirus, en lo colectivo y lo individual, implica la revisión de múltiples factores y la observación desde diferentes aristas. Además de la incertidumbre y la angustia, ahora la cuarentena impondrá innumerables retos a la salud mental y emocional: la afrenta narcisista, la dificultad para renunciar a los privilegios, desistir al propio estado mental adolescente, las ansiedades de separación, intrusión o fragmentación, entre muchos otros.

Es bien cierto que, hasta el momento, lo más conveniente es llevar a cabo una correcta práctica de distanciamiento social y apegarnos a las recomendaciones que nos proporcionan las autoridades, pero también es importante estar atentos al estado anímico propio y de los seres queridos, de manera que, al identificar algún síntoma de angustia o terror que sobrepase las reacciones normales y esperadas, podamos pedir ayuda a los profesionales especialistas, como psicólogos, psicoterapeutas y psiquiatras.

Referencias

Bion, W. (1980). Experiencias en grupos. Barcelona: Paidós.

Freud, S. (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. En Obras completas. Buenos Aires: Amorrortu.

_______ (1926). Inhibición, síntoma y angustia. En Obras completas.  Buenos Aires: Amorrortu.

Laplanche, J.; y Pontalis, J. B. (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

Segal H. (1964). Introducción a la Obra de Melanie Klein. Barcelona: Paidós.

*Consulta la primera parte de este artículo dando click aquí.

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