Sobre el sentimiento de soledad
Por Marta Bernat
En su artículo Sobre el sentimiento de soledad (1963), Melanie Klein se propone investigar el origen de ese sentimiento. Ahí menciona que no se refiere a una situación concreta de estar privado de compañía, sino a una sensación profunda e interna de sentirse solo, a pesar de estar rodeado de personas. Este sentimiento de soledad se manifiesta de diversas maneras:
1. La primera relación que tiene el bebé con el pecho es única y especial. El bebé no solo es alimentado y amado, sino que tiene la sensación de haber logrado un estado interno perfecto de completud con la madre y ser comprendido por ella sin necesidad de palabras. El sentimiento de soledad surge de este anhelo por encontrar ese estado interno perfecto con la madre idealizada, al darse cuenta de que ya no es posible alcanzarlo; quizá si lo hubo, ya no va a ocurrir y hay que tolerar esa decepción. Hay personas que siguen buscando esa “relación perfecta o momento perfecto” y viven en una constante desilusión por no tenerlo.
2. La relación con la madre y, posteriormente, todos nuestros vínculos están teñidos de emociones de amor y odio en todos sus matices. Cuando la madre nos gratifica, la consideramos una madre buena y cuando nos frustra, la consideramos una madre mala. En un primer momento, se siente como si tuviéramos dos madres distintas, pero resulta que es la misma persona. Llegar a esta conclusión toma tiempo en el desarrollo emocional. Por ejemplo, tolerar que la madre se comparte, que tiene otros amores e intereses y que tiene una vida propia sin ser el bebé el centro de atención y de amor exclusivo, toma tiempo. Este es un duelo que todos tenemos que enfrentar y elaborar.
3. Cuando se ataca a la persona amada por odio o envidia, ya sea en la fantasía o en actos concretos, aparece después la sensación de que esa persona va a responder con odio e incluso va a buscar venganza por el daño que se le ha ocasionado (ansiedad persecutoria). Por lo tanto, la persona amada y atacada se vuelve temible y peligrosa. Es de ahí, de donde proviene el sentimiento de soledad, de esa ansiedad persecutoria que hace que el mundo se viva como hostil y peligroso, donde no se puede confiar en nada y en nadie, y se vive en un estado de suspicacia.
4. Al atacar a la persona amada, también pueden aparecer sentimientos de culpa por sentir que se ha causado un daño irreparable. Entonces, aparece el dolor y el miedo a perder a la persona amada. Es en esta lucha interna que aparece el sentimiento de soledad; necesitamos tratar de librarlo haciendo un esfuerzo por frenar los propios impulsos hostiles y buscar, reparar y reestablecer el vínculo con la persona amada.
5. La soledad también proviene de encontrarnos absolutamente solos frente a esos aspectos de nuestra personalidad que son indeseables y con los cuales tenemos que lidiar durante toda la vida.
Klein piensa que si dentro de nuestra mente se establece un objeto bueno con relativa firmeza —es decir, unos padres dentro de nosotros con quien tengamos un diálogo bondadoso y creativo que nos guía y nos hace sentir acompañados— estaremos en posibilidad de que esos sentimientos de soledad sean más tolerables. Cuando los sentimientos de soledad van acompañados de añoranza, anhelos, recuerdos felices y no tan felices, de lo que fue y ya pasó, de lo que se puedo tener y se dejó, de lo que se perdió, etc., las experiencias emocionales hacen que tengamos una vida emocional más rica y hará que el odio y la agresividad ya no se viva como algo tan peligroso. Para esta autora, la adaptación a la realidad conduce a la aceptación de los propios defectos y, en consecuencia, disminuye el resentimiento por las pasadas frustraciones, abre el acceso a fuentes de gozo en el mundo externo, constituyéndose así otro factor que reduce la soledad.
Tener vínculos cercanos y afectivos, nos abre la posibilidad de comprendernos a nosotros mismos y de ser comprendido por los demás. Si existe gratitud por los placeres del pasado, se puede tolerar el resentimiento por antiguas frustraciones. Aunque el sentimiento de soledad es algo que se puede mitigar, Klein considera que es algo que no desaparecerá por completo.
Referencia
Klein, M. (1963). Sobre el sentimiento de soledad. En Obras completas (vol. 3). Paidós.