Días 1 a 3 – Los primeros síntomas pueden ser un cosquilleo en la garganta o tos, fiebre, dolor de cabeza, falta de aliento o una ligera sensación de presión en el pecho. Algunas personas simplemente sienten fatiga. Algunas pueden perder el sentido del gusto y del olfato.

Días 4 a 8 – Para muchos pacientes se intensifica la fiebre, la tos y la fatiga. Alrededor del día 5, los pacientes de mayor edad o con condiciones médicas preexistentes deben estar atentos a cualquier señal de una infección más seria, como, por ejemplo, mayores dificultades para respirar.

Días 8 a 12 – Las personas con casos más leves pueden empezar a sentirse mejor, pero los médicos advierten que se debe tener cuidado en esta fase. Muchos pacientes seguirán recuperándose, pero algunos pueden empeorar súbitamente. Puede ocurrirle también a pacientes jóvenes y en buena salud hasta el día 12.

Días posteriores – En casos relativamente leves el paciente ya debe estar recuperado por completo. Aquellos que hayan tenido síntomas más intensos, pero que hayan mantenido un nivel normal de oxígeno sanguíneo, deben sentirse bastante recuperados. Aquellos pacientes que hayan padecido síntomas severos o que hayan requerido intervención médica se recuperarán más lentamente.

New York Times– Edición on line, 1 de mayo 2020 (La traducción es nuestra).