¿Qué me motivó a estudiar psicología?
Por Guillermo Nieto Delgadillo
Una de las decisiones más importantes que muchos debemos tomar es la elección de la carrera que deseamos estudiar y, probablemente, ejercer a lo largo de nuestras vidas.
De dicha elección no depende solo nuestro futuro económico, sino nuestro sentido de satisfacción personal, asociado al ámbito profesional; nadie quiere pasar el resto de su vida haciendo algo que no le gusta ni le llena. Por desgracia, esta es una dura realidad que mucha gente se ve forzada a enfrentar, pero hay otros que somos afortunados y tenemos la libertad de elegir, al menos en este ámbito. Por lo tanto, es de suma importancia que la opción de carrera sea tomada en cuenta con la mayor cantidad de información, tanto externa y logística como personal.
Desde mi experiencia, no podría hablar, de manera particular, de un factor que me haya motivado a estudiar una licenciatura en psicología, por lo que hablaré de mi experiencia personal, intentando brindar una serie de elementos que, para mí, hicieron de la psicología algo tan apasionante como para estudiarlo y dedicarme a la psicología clínica (en específico, la psicoterapia psicoanalítica y el psicoanálisis).
Pienso que el primer factor fue el hecho de que toda mi vida he sido muy curioso sobre cómo funcionan las cosas, así que tuve un particular interés en la conducta humana y las motivaciones detrás de la misma. ¿Qué es lo que hace que uno sea como es? ¿Por qué nos agradan ciertas cosas mientras otras pueden causarnos rechazo? Tendemos a pensar que nos conocemos más de lo que en realidad hacemos y la psicología es una muy buena herramienta que ha permitido al ser humano plantear cuestiones tan básicas como la que estoy describiendo. Todo esto desde una riqueza pluralista que incluye teorías referentes a la personalidad, cada una desde una epistemología distinta. Un conductista comprenderá la mente y conducta humana desde una perspectiva muy diferente a un psicoanalista. La licenciatura en psicología nos brinda una amplia gama de perspectivas para que cada quién elija aquella con la que se sienta más identificado o la que le acomode más.
Otro motivo que considero muy importante es el campo tan vasto de trabajo que los psicólogos tienen a su disposición, pues pueden ejercer en prácticamente cualquier lugar. Solemos asociar la psicología sólo con la clínica, según el estereotipo del psicólogo en su consultorio, atendiendo pacientes; eso está perfecto y, de manera irónica, es a lo que me dedico, pero al estudiar la licenciatura pude caer en cuenta de que la psicología tiene tantas ramas como gustos existen. Algunas de ellas son: la psicología laboral, en la que el psicólogo trabaja en una empresa y tiene tareas que van, desde la selección y retención de talento humano, o el diseño de programas de capacitación para empleados, hasta el análisis de satisfacción para reducir los índices de rotación y deserción laboral; la psicología forense, que suele trabajar muy de cerca con tribunales, pasando desde el análisis de motivaciones de crímenes, hasta juicios de divorcio, en los que se juega la patria protestad de los hijos; la psicología deportiva, que tiene como eje la motivación del deportista y la creación de estrategias para que pueda desempeñarse mejor.
Podría seguir con más ejemplos, pero me tomaría mucho tiempo, así que sólo enlistaré algunas más: psicología de la educación, psicología social, neuropsicología, psicología del consumidor, etcétera.
Como podemos notar, la gama es amplísima, por lo que la persona que esté considerando estudiar psicología no debe tener miedo de aburrirse (siempre y cuando le llame la atención algunas de estas opciones).
Un último factor que me gustaría mencionar es el humano. Creo que la psicología brinda una muy buena oportunidad de trabajar no sólo con la mente humana, sino con las personas a las que pertenecen estas mentes. Este hecho me ha enriquecido mucho a nivel personal y profesional, ya que, a pesar de que en muchas ocasiones lidiamos con el sufrimiento, el contacto con la gente suele ser muy gratificante y motivador.
Podría seguir enlistando factores que hacen de la psicología una carrera muy atractiva. Sin embargo, creo que lo más importante que podría decir es lo siguiente: hagan un ejercicio de reflexión personal lo más profundo que puedan. Si se conocen lo suficientemente bien como para tener una idea clara de qué es lo que quieren, ya tienen la mitad del trabajo hecho. Si les llama la atención otra carrera, está perfecto, pero no se tomen la elección a la ligera. Una decisión informada siempre será mejor que una al azar.