¿Qué indica el contenido de nuestros sueños?
Por Raquel Vega
Los sueños son producciones de la mente que, en diversos momentos de la historia, se han pensado de distintas maneras. Nuestros antepasados creían que contenían presagios y que funcionaban de manera similar a un oráculo; creencia que en algunas personas sigue vigente. En la cultura popular, muchos piensan que tienen un significado específico que puede ser hallado en diccionarios de sueños. Por ejemplo: se piensa que soñar con que alguien se casa está relacionado con transiciones y cambios; que soñar que alguien se muere significa que tendrá salud y una larga vida. Pero ¿qué indica el contenido de nuestros sueños para el psicoanálisis?
Desde esta disciplina, los sueños tienen un significado mucho más complejo y menos fácil de comprender, pues no lo encontramos en guías o en internet. Para comprenderlos no hace falta un diccionario, sino una formación entera, que nos permita conocer distintas teorías y formas de pensar, así como la práctica y la supervisión constante. Pero, para no dejar de lado la pregunta que intentaremos responder en este artículo, podríamos decir, de inicio y a grandes rasgos, que en los sueños, pensados desde el psicoanálisis, habitan pistas de nuestro mundo interno, de nuestro funcionamiento mental.
Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, se interesó muy rápidamente en este tema y en 1900 publica su obra La interpretación de los sueños, en la que demuestra que significan algo muy particular. Él plantea que estos son una expresión de deseos sexuales infantiles que la mente trata de reprimir en la conciencia, pero que, cuando dormimos —y soñamos—, dichos deseos logran llegar a la conciencia, mediante una distorsión elaborada por el psiquismo. Así, los sueños contienen nuestros más profundos deseos.
Hasta ese entonces, habían sido entendidos más desde una perspectiva mística-religiosa; sin embargo, es Freud quien nos acerca a la idea de que en ellos, en realidad, lo que hay son contenidos escondidos, relacionados con uno mismo. Entonces, el trabajo con los sueños implica una labor de develación de significados, donde el analista es aquel que va a buscar por pistas, indicios y símbolos que le permitan encontrar el sentido de estos y lo que dicen sobre nuestros deseos inconscientes.
Más adelante, el trabajo en psicoanálisis con los sueños se va nutriendo de otras ideas. Para Melanie Klein, representan el mundo interno, así como lo hace la fantasía. Para Wilfred Bion, en los sueños, las emociones se transforman en imágenes oníricas con las que la mente puede construir sentidos y significados; es decir, se trata de una labor creativa y de una experiencia emocional. Después, Donald Meltzer retoma las ideas de Bion sobre que el sueño es una actividad creativa y creadora de significado que sucede todo el tiempo, pero también añade a la comprensión de estos la idea de ser una experiencia estética y plástica, en la cual el sueño se vuelve un teatro generador de significados (Ortiz, 2019).
Pensemos, por ejemplo, en un paciente que sueña con meterse al cuarto de su exnovia para hurgar entre sus cosas y ver qué encuentra, para toparse con un condón. Este sueño puede pensarse desde la idea freudiana de los deseos de la sexualidad infantil, con la que podemos mirar una escena primaria que despierta la curiosidad, los celos y la exclusión que, tal vez, sintió este paciente cuando su exnovia lo dejó. También podemos pensar en aspectos intrusivos de su personalidad, ya que se mete a escondidas a un espacio para invadir y hurgar sin que el otro se dé cuenta.
Así pues, podemos entender que los sueños contienen distintas cosas, dependiendo de la perspectiva psicoanalítica con la que los miremos y esto, en realidad, sólo enriquece el trabajo con ellos. Los sueños contienen nuestros deseos, plasman los objetos internos que habitan nuestra mente, nos ayudan a procesar y elaborar situaciones emocionales y, también, nos abren camino para interrogarnos sobre lo que nos sucede, sobre cuál es nuestro estado emocional. Se trata de una especie de “radiografía emocional” que nos da una muy buena idea de cómo estamos funcionando psíquicamente. Aunque no siempre sus sentidos y significados serán concretos o unívocos, y pueden enfrentarnos a más interrogantes, en ellos yacen lo elementos más profundos, más ricos y valiosos de nuestra mente.
Referencias:
Freud, S. (1991). La interpretación de los sueños. Obras completas (vol. 4). Amorrortu editores. (Obra original publicada en 1900).
Ortiz, E. (2019). Donald Meltzer. Vida onírica. Sueños, mente y pensamiento. Analytiké.