Psicoterapia breve con pacientes hospitalizados

Por Gisel Lifshitz

La psicoterapia breve es un tipo de intervención que puede resultar adecuada para atender a personas que han sufrido algún evento traumático que compromete su salud y amerita hospitalización, como, por ejemplo; accidentes, quemaduras, asaltos con violencia, desastres naturales, etc. Como es natural, un evento traumático afecta en mayor o menor medida el equilibrio emocional de la persona debido a que es una experiencia extrema y la mente puede verse imposibilitada para digerirla y reorganizarse. Es deseable que el terapeuta explore el significado individual que el evento ha tenido para el paciente, así como las ansiedades y las fantasías involucradas en la forma de vivenciarlo, por ejemplo: un sujeto con cierto tipo de personalidad puede tener tendencia a interpretar un accidente como un castigo, de manera que, además del impacto del suceso, tendrá que lidiar con sus propios conflictos o culpas; mientras otra persona con características distintas podría adaptarse y recuperar gradualmente cierta estabilidad emocional. Por eso es importante entender el impacto que el individuo está sufriendo en términos de la situación especial de su vida.

Los accidentes traumáticos que originan problemas médicos muchas veces provocan miedo a la muerte, a la mutilación, a la invalidez, la desfiguración, entre otros. La psicoterapia breve aplicada a pacientes hospitalizados por accidentes o enfermedades tiene como objetivo ayudar a tramitar la experiencia y a reorganizar y recuperar las capacidades del individuo. Sin embargo, este tipo de intervención tiene varias dificultades: una de ellas es que generalmente la consulta psicológica no es solicitada por el paciente, lo que puede provocar resistencias que impidan la intervención del terapeuta. Otra dificultad es que el paciente padezca dolores físicos, lo que vuelve complicado que centre la atención en sus aspectos emocionales. También es cierto que en estas circunstancias el paciente es privado del contacto con sus seres queridos y de los efectos fortalecedores de la personalidad que proporcionan sus actividades normales como el trabajo o la convivencia con amigos y familiares.

Existe en estas situaciones una pérdida de privacidad y una invasión al cuerpo, ya que generalmente el tratamiento médico incluye procedimientos dolorosos y desconocidos que pueden resultar amenazantes, es decir, la hospitalización por sí misma puede detonar síntomas emocionales importantes; por ejemplo, puede generar una crisis de la autoestima, ya que el paciente termina sintiéndose un objeto que es manipulado con procedimientos médicos y en ocasiones tratado de forma insensible por el personal médico y de enfermería. Todo lo anterior puede detonar un gran enojo, ansiedad o depresión en el paciente. Una escucha empática y sensible puede ser fundamental para la recuperación tanto física como psicológica.

Existen otras tantas labores de la psicoterapia breve con este tipo de pacientes; el terapeuta puede ser un enlace entre el médico y el paciente cuando existen dificultades en la comunicación o cierta ambivalencia en la relación. Otra función importante es informar y preparar al paciente acerca de los procedimientos, las cirugías y el diagnóstico, ya que muchas veces, la ignorancia puede generar temores importantes.

El paciente hospitalizado suele sentirse impotente y asustado, y puede haber una regresión importante, por lo que el acompañamiento y el sostén emocional que el terapeuta le brinde en esos momentos para que el paciente piense sus conflictos puede hacer de la relación del paciente con el terapeuta una invaluable ayuda para recuperarse y llegar a un entendimiento emocional de su situación.

Referencias

Bellak, L., y Small, L. (1970). Psicoterapia breve y de emergencia. México: Pax.

Mackinnon, R. A; Michels, R. (1988). La consulta en sala. En Psiquiatría clínica aplicada (pp. 345-358). México: Interamericana.

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