Psicopatología de la sexualidad
Comisión Organizadora de las Jornadas Eleia 2017
Los conflictos que involucran la sexualidad y por los que las personas solicitan una psicoterapia son numerosos y variados. Los motivos de consulta suelen abarcar dificultades relacionadas con la sexualidad infantil que subsisten en todo adulto (los celos, la rivalidad, la exclusión, las relaciones triangulares) o bien, aspectos asociados al desempeño sexual como disfunción eréctil, eyaculación precoz o anorgasmia.
Con mucha frecuencia consultan hombres y mujeres que no han podido formar una pareja debido a que emocionalmente se encuentran atrapados en la vida familiar.
La infidelidad es otra situación por la que las personas solicitan ayuda. Es un conflicto en el que encontramos distintas explicaciones, que incluyen aspectos relacionados con valores y costumbres culturales, experiencias familiares pero en donde también se despliegan conflictos emocionales que pueden ir desde los infantiles hasta aquellos que implican intenciones destructivas.
Es decir, las formas como se puede manifestar una problemática sexual son sumamente diversas.
Sin embargo, existe otro grupo de conflictos de la sexualidad que, por sus características, los consideramos patológicos debido a las motivaciones que les dan origen y las consecuencias psíquicas que conllevan.
El primer indicador que sugiere una patología es que la conducta sea compulsiva: el sujeto realiza una acción y busca repetirla casi inmediatamente, a menudo siente que no puede detenerse. Un ejemplo de esto es la masturbación. Esta conducta por sí misma no se considera patológica, es parte de la actividad sexual en la infancia, tiene una finalidad lúdica y de exploración en la adolescencia y en la vida adulta puede ser un elemento previo a la relación sexual. Sin embargo, algunas personas encuentran en la masturbación la única posibilidad de satisfacción sexual, se vuelve el acto central en su vida sexual, pues alivia de forma momentánea ansiedades subyacentes, o bien, se instala como una solución ante la dificultad para establecer relaciones sólidas y profundas.
También podríamos considerar la búsqueda compulsiva de servicios de prostitución, una situación en la que sólo se alcanzara la excitación sexual si se cumple con dichas condiciones. Aquí aparece otro elemento patológico de la sexualidad, lo estereotipado. Con este término nos referimos a que la conducta se vuelve fija, mecánica, se requiere de un elemento concreto para alcanzar el orgasmo; todo esto excluye el aspecto creativo e imaginativo de la relación con otra persona. Un ejemplo más de este aspecto es el fetichismo, en el cual la persona requiere de un objeto específico para lograr la excitación, como un zapato con ciertas características, encaje o cualquier otro objeto; sin esta condición resultaría imposible la satisfacción sexual.
El monto de agresión, ya sea en el acto o en la fantasía, también es un criterio fundamental para determinar la patología de la sexualidad. Estamos hablando de situaciones en donde predomina el sadismo, el otro se cosifica o se utiliza como un objeto para alcanzar la satisfacción.
En todas las conductas que mencionamos hasta ahora podemos encontrar la expresión del sadismo. En la masturbación puede estar presente la fantasía de dañar al otro; en el fetichismo, el otro se reduce a un elemento parcial, se le trata como objeto; en la prostitución, se puede observar un deseo de control omnipotente pues, al pagarle al otro, se le obliga a hacer lo que se desee; en la pornografía se busca la representación de una escena violenta donde el afecto se elimina totalmente del acto; en la infidelidad puede existir la fantasía de destruir una pareja resultado de lo intolerable que resulta que dos personas estén juntos en una relación amorosa. Pero no son las únicas situaciones donde se puede identificar un alto grado de violencia; algunas serán tan evidentes como en el sadomasoquismo y el abuso sexual, otras no tanto.
La búsqueda inmediata de satisfacción sexual imposibilita el establecimiento de relaciones personales estables y profundas, que se caracterizan por un vínculo de amor, de cuidado, de satisfacción mutua y creatividad. Es por ello que cuando las personas atrapadas en este tipo de conductas sexuales patológicas llegan a tratamiento, presentan áreas de su vida considerablemente empobrecidas y grandes cantidades de ansiedad.
Como profesionales de la salud mental, resulta esencial identificar las manifestaciones patológicas de los conflictos sexuales y conocer los desafíos clínicos que implica el tratamiento de estos pacientes.
En las Jornadas Clínicas 2017 sobre “La sexualidad”, revisaremos distintas propuestas teóricas acerca de la psicopatología de la sexualidad que nos permitirán comprender la complejidad detrás de estos cuadros, así como proponer diferentes estrategias clínicas para su intervención.
Te invitamos a participar en la discusión de los materiales clínicos que abordaremos desde diferentes perspectivas, con el objetivo de profundizar y actualizar nuestro conocimiento del tema para la práctica clínica.
En el siguiente enlace conoce más sobre este evento: https://www.centroeleia.edu.mx/curso-de-psicologia-jornadas-clinicas-junio