Por Graciela Arredondo
 
El psicoanálisis es el método por elección, debido a su profundidad para comprender la mente humana, mediante un trabajo comprometido que logra hacer modificaciones que otros abordajes no obtienen; es por esto que su vigencia permanece. Estos logros se deben no sólo al encuadre externo en el cual se basa este método ─como son la frecuencia de los encuentros semanales y el uso del diván, que promueve la asociación libre─, sino, con más precisión, al uso sistemático de la interpretación de la transferencia dentro de la sesión, de tal manera que el paciente pueda comprender con más claridad su estado mental.
 
Sin embargo, el mundo acelerado y la premura de estos tiempos consiguen, en algunos casos, que se elija la psicoterapia psicoanalítica como el tratamiento de elección. Cumple con los requisitos para algunos pacientes y tiene encuentros menos frecuentes, buscando trabajar en las problemáticas del día a día, brindando una sensación de alivio para la persona. En resumen, cuenta con herramientas precisas para ayudar al paciente a contactar con su conflictiva desde este abordaje.
 
La elección de la psicoterapia no necesariamente implica que no se pueda dar, más adelante, una migración al psicoanálisis. Muchas veces es así, pues cuando el paciente se siente más aliviado y tranquilo de haber solucionado los problemas que lo aquejaban, busca tener un mejor entendimiento de su mundo interno.
 
Psicoanálisis y psicoterapia son modelos que se adentran en la psique del ser humano, obteniendo una comprensión del funcionamiento de ésta. Cada una es dirigida a un tipo de paciente, con demandas en específico. Suelen asaltarnos las dudas sobre la primacía de una sobre la otra, o bien, el tratar de entender cuál es el tratamiento óptimo para el paciente, cuáles son sus puntos de encuentro y en dónde divergen. Estas cuestiones se abordarán en las próximas Jornadas Clínicas de 2023: “Psicoterapia y psicoanálisis hoy. Fundamentos y transformaciones”. ¡No te las pierdas!