Los inquilinos y otros relatos marginales

Por César Valdés

 

Los cuentos compilados en este libro giran alrededor del tema de la memoria, el cual ha sido un punto de reflexión para la literatura y el psicoanálisis. Sigmund Freud (1914) llegó a decir que, justamente, la cura correspondía con recordar lo olvidado. Ahora bien, generalmente el saber popular nos dice que recordamos lo más significativo de nuestras vidas. Sin embargo, Freud da una vuelta de tuerca y nos dice que, de hecho, solemos conservar de nuestra infancia lo ínfimo, lo insignificante, lo aparentemente intrascendente. En tanto lo verdaderamente importante de nuestras vidas es conflictivo para la consciencia, emerge a la voluntad un recuerdo nimio desplazado que está unido, sin duda, al recuerdo olvidado.

La propuesta psicoanalítica es, pues, una apuesta por lo aparentemente nimio, por las pequeñas cosas. Freud hace en sus textos una reconstrucción de lo fundamental de los pacientes, no gracias a los recuerdos magnánimos o ilustres, sino a las anotaciones marginales inscritas en la memoria: ahí se esconde la verdad íntima. Éste es el descubrimiento freudiano de la memoria: lo fundamental se encuentra en lo que simula ser intrascendente, insignificante, marginal. Por ello, bien dice Jacques-Alain Miller (2010), siguiendo al escritor Vladimir Nabokov, que el psicoanalista se enfoca en esos divinos detalles. Como en el Aleph de Jorge Luis Borges en donde todo el universo confluye en un punto, el sujeto todo cabe en estos recuerdos, condensado. Así como el recuerdo mismo suele ser corto (Freud le llama a esto condensación vía omisión), los cuentos mismos apuestan por lo breve siguiendo la máxima de Italo Calvino, quien escribió a propósito del famoso cuento “El dinosaurio” de Augusto Monterroso, que el cuento perfecto sería una frase, acaso una línea si fuese posible.

La apuesta de este compendio de cuentos es bordear el tema de la memoria, no desde un vértice académico, sino desde el literario. Liz Ibáñez en la contraportada lo resume bien: los personajes y espacios de los cuentos oscilan siempre entre la luz y las sombras; entre ellos habita eternamente la potencia de algo diferente. La relación entre los personajes y los espacios en los que habitan parte de la mirada infantil: son lúgubres, asfixiantes, moribundos, aterradores. En contraste, los adultos están ocupados en ficcionar y reelaborar esas historias desde un panorama diferente, luminoso, despreocupado y vital. Dos epígrafes actúan de brújula frente a esta contradicción aparente: Julio Cortázar, quien dice que la memoria comienza con el terror, y Banana Yoshimoto al sugerir que la afirmación de que la vida es un infierno tiene la misma carga semántica que decir que la vida es un paraíso y, por lo tanto, esto las convierte en declaraciones intercambiables.

De esta manera, el autor César Valdés, docente de Centro Eleia, apuesta en este compendio de cuentos por embarcarse en un viaje memorístico de redescubrimiento con la intención de reelaborar lo actual a través de los lentes de lo infantil y viceversa con base en la bella etimología de recordar; es decir, pasar por el corazón.

Referencias

Freud, S. (1914). Recordar, repetir y reelaborar. En Obras completas, volumen XII. Amorrortu.

Miller, J. A. (2010). Capítulo 1. Detalles. En Los divinos detalles. Paidós.

Monterroso, A. (1990). Obras completas (y otros cuentos). Ediciones Era.

 

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