La psicología le hace bien a las personas
Por Marta Bernat
La psicología es una carrera que resulta fascinante ya que proporciona las herramientas y los conocimientos necesarios para ayudar a las personas a que se conozcan a sí mismas. Esto quiere decir ayudarles a comprender los distintos aspectos de su personalidad, así como las emociones, intenciones y motivaciones que predominan en su vida emocional y cómo todo esto hace que sean de cierta manera, que tengan ciertos conflictos y que se relacionen con los demás de una determinada manera.
Veamos un ejemplo.
El caso de Juan
Juan es un hombre joven que todo el tiempo se critica a sí mismo, nunca está satisfecho con quién es ni con lo que hace, tampoco ve con buenos ojos lo que hacen los demás. Cuando asiste a un concierto o conferencia, siempre encuentra algo que criticar, por lo que acaba decepcionándose de todo y de todos. Decidió estudiar ingeniería industrial y, al finalizar, sintió que la carrera no le ofreció lo que esperaba: el programa de estudios era mediocre, los maestros no daban buenas clases y sus compañeros eran bastante ineptos.
Juan lleva una vida muy solitaria. Se siente juzgado y criticado por los demás, lo que dificulta que se acerque a las personas y tenga nuevos amigos. Solamente tiene un amigo con el que se siente muy cómodo, pues piensan lo mismo, comparten los mismos intereses y todo aquel que sea diferente a ellos lo consideran “raro”; es decir, el mundo está lleno de gente “rara”.
Tiene muchas ganas de tener una novia, pero cuando le presentan a alguien le encuentra un defecto importante y eso hace que pierda el interés. A Juan le encanta jugar futbol, pero como no lo hace como Lionel Messi, se abstiene de hacerlo porque siente que va a ser la burla del equipo. Siente mucha envidia cuando mira a personas exitosas y ve muy lejos la posibilidad de tener logros importantes en su vida.
A Juan le apasiona la música y pasa horas encerrado en su cuarto haciendo mezclas; este es el único lugar donde se siente importante, tranquilo, feliz y libre de ser él mismo, por lo que cada vez le cuesta más trabajo salir de su casa.
Juan vive en una prisión que él mismo se ha creado. Vive en un mundo en donde lo que predomina es la devaluación de los demás y de sí mismo, y eso lo deja en un estado permanente de frustración, decepción y enojo.
Si Juan asistiera a terapia, el analista le podría ayudar a comprender los distintos aspectos de su personalidad que lo hacen sufrir, como el ser tan crítico. También podría trabajar su aspecto envidioso. Y es que, si bien al desvalorizar todo lo bueno que se le presenta ya no tiene nada que envidiar y esto puede calmar la envidia que siente, lo anterior también tiene consecuencias en su persona; por ejemplo, el no valorar las cosas buenas que él mismo tiene lo que lleva a experimentar un sentimiento de insuficiencia. Además, el no permitirse aprender de los otros —pues no tienen nada bueno que enseñarle— le ocasiona una inhibición en todo su desarrollo, lo que a su vez le provoca una sensación de estancamiento, frustración y desesperación.
Si a través de la terapia Juan logra modificar los distintos aspectos de su carácter, podrá valorar quién es él y las cosas buenas que tiene, eso le producirá una gran satisfacción y repercutirá en la forma como se percibe a sí mismo. Si trabaja su aspecto envidioso, podrá tolerar sus propios logros sin necesidad de criticarlos, así como los éxitos de los demás, e inclusive podrá aprender de ellos y tomarlos como figuras de inspiración. Si acepta sus limitaciones y disminuye su autoexigencia, así como su actitud competitiva hacia los demás, Juan va a poder jugar futbol (o realizar cualquier otra actividad) y disfrutarlo, sin sentirse un fraude al no hacerlo como Messi.
Trabajar con estos distintos aspectos de su carácter puede ayudarle a Juan a ampliar sus intereses, atreverse a incursionar en actividades nuevas, gozar de sus logros, mejorar sus relaciones afectivas con su familia y amigos, y tener una vida más emocionante.
Enfrentar los conflictos emocionales en una terapia toma tiempo, no es de un día para otro, y los problemas siempre van a existir, pero con la ayuda de un terapeuta Juan puede conocer y comprender lo que le pasa desde distintas perspectivas y esto tendrá un impacto positivo en la forma en que se desenvuelve en la vida.
A través de la terapia se genera la posibilidad de que las personas puedan modificar aquello que las obstaculiza o las hace sufrir y que adquieran la capacidad de pensar en sus conflictos de modos que les permitan tener una vida emocional más gratificante. Es por esto que la psicología le hace bien a las personas.
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