La experiencia de las prácticas con pacientes en el Hospital de Traumatología y Ortopedia Lomas Verdes

Por Gisel Lifshitz

 

Las prácticas que se realizan en el Hospital de Traumatología y Ortopedia Lomas Verdes son una excelente oportunidad de aprendizaje, ya que los alumnos están en contacto directo con personas que sufrieron algún accidente relacionado con fuego, o bien, con algún otro tipo de sustancia que les causó quemaduras de distintos grados. Por lo tanto, son pacientes que se encuentran en un estado de extrema vulnerabilidad.

Por un lado, se ha comprobado que la psicoterapia breve es un excelente auxiliar en la reorganización de la mente y la vida de quien ha atravesado por una situación de gran impacto. Lo anterior se sostiene gracias a que, desde nuestro enfoque como psicólogos psicoanalistas, la comprensión de la mente nos permite acercarnos al paciente con una mirada aguda y útil en situaciones de crisis (como un accidente), en las cuales el denominador común es la magnitud del evento traumático, mismo que provoca la imposibilidad del individuo para asimilar emocionalmente la experiencia.

Con base en lo anterior, es importante señalar que, en Centro Eleia, nuestros alumnos adquieren habilidades técnicas para intervenir con personas que se encuentran en circunstancias críticas de la vida y, debido a que sabemos que estar en contacto con este tipo de pacientes provoca un fuerte golpe emocional, desarrollamos su sensibilización con el estado mental de quienes que ha vivido una situación de extremas consecuencias. Por lo tanto, al terminar sus prácticas, los alumnos son capaces de atender a todo tipo de pacientes que atraviesan por una fase delicada, ya que han adquirido la fortaleza necesaria para lidiar con realidades y emociones sumamente dolorosas.

Por ejemplo, en el Hospital Lomas Verdes, como parte de una práctica, una alumna atendió a una niña que había tenido un accidente con agua caliente, que le ocasionó quemaduras. Los médicos reportaban que la niña lloraba constantemente y se negaba a comer, por lo que las intervenciones estuvieron enfocadas a que la paciente pudiera tramitar el evento traumático. Parte de dicho proceso se relacionó con lo siguiente: ella narró un sueño en el que un perro rojo la perseguía, entonces, corría hasta una habitación y cerraba la puerta. En el mismo sitio se encontraba su padre y ambos se sentaban a comer, mientras que el perro rojo se quedaba afuera. Cabe mencionar que el accidente se produjo por un descuido de la madre, quien en el sueño es representada por el perro rojo (el color de sus quemaduras). Asimismo, cuando la niña manifestó que se quedaba sola con papá era porque en ella había deseos de tener en exclusiva al padre y de dejar fuera a madre, lo cual le ocasionaba culpa y se aunaba a la sensación de que las quemaduras podrían ser un castigo por sus deseos. Después de la intervención con la alumna, la niña se sintió muy aliviada y sus síntomas mejoraron considerablemente; volvió a comer, se notaba más alegre y se recuperó rápidamente.

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