Intervenciones de Centro Eleia con el personal de atención telefónica del Consejo Ciudadano de Seguridad, octubre 2017
Por Nadezda Berjón M.
Dentro del contexto histórico social que se vivió en México por el llamado S19, se emprendieron múltiples medidas con el fin de mitigar los daños producidos. Desde revisión de viviendas, atención médica, acopio de víveres y recursos diversos, así como la organización de albergues por parte de voluntarios, la Cruz Roja, instancias gubernamentales y la sociedad en conjunto.
Un área a destacar dentro de estas medidas fue la atención psicológica, en la que Centro Eleia se involucró desde el inicio, pues sabemos que un sismo mueve nuestro interior y puede dejar grietas profundas o sensación de derrumbe en la mente de una persona.
Dentro de este contexto, Centro Eleia participó en diversos talleres como parte de un programa de apoyo para el personal del Consejo Ciudadano de Seguridad. Junto con los participantes, identificamos y profundizamos los siguientes temas, reflexionando sobre las experiencias particulares que vivió cada uno.
Diversos autores han investigado el proceso que se vive durante un evento de desastre. Benyakar (2002), por ejemplo, señala que estas situaciones de crisis transitan por tres fases: la de pre impacto, el impacto en sí y el período de post impacto. A continuación describo en qué consiste cada una.
- Fase pre impacto
En esta fase se anuncia la posibilidad de un sismo y se llevan a cabo simulacros. La gente puede estar temerosa pero avergonzada de mostrarlo o quizá niega sentir miedo, por ejemplo, algunos ríen o juegan en los simulacros, otros escuchan la alerta sísmica y no responden.
De acuerdo con Lindemann y Dawes (1952), la personalidad previa al sismo tiene un papel importante, pues de fondo se encuentran los recursos personales, los conflictos emocionales, las tendencias depresivas, fóbicas, obsesivas, de culpa o a las auto acusaciones, junto con los aspectos infantiles, el narcisismo, la dependencia, la necesidad de orden, la madurez y la inmadurez, etc.
- Fase de impacto
El evento de desastre sucede y la gente se organiza para ayudar. De acuerdo con el cenapred, a este período se le conoce como “fase heroica” por las acciones tomadas; está presente el altruismo. Tras el sismo del 19 de septiembre en la Ciudad de México, en los primeros días mucha gente participó como voluntario durante lapsos prolongados de tiempo, jóvenes armados con casco y pala recorriendo la ciudad y se acumularon toneladas de ayuda en los centros de acopio.
Un siniestro de esta naturaleza mueve algo dentro del mundo interno que dependerá del predominio de las ansiedades esquizo-paranoides o depresivas emergentes (Klein, 1935-1940). En este sentido, pueden surgir defensas contra el dolor y el miedo como:
- Manía: salir corriendo a hacer voluntariado sin tomar en cuenta las habilidades personales, la propia seguridad, la salud e integridad físicas o sin tomar descansos. Entrar en un estado de trance al ejecutar actividades de rescate o ayuda.
- Negación del miedo y la impotencia: negar todo lo vinculado con el sismo.
- Miedo que se generaliza, sensación de desamparo, de fin del mundo, ansiedades catastróficas.
- Necesidad de pegarse a otros, fusionarse para repartir la ansiedad.
- Enojo, irritabilidad.
- Idealización de figuras: Frida, la perrita rescatista; Frida Sofía, etc.
- Adicción a redes sociales con tendencia a culpabilizarse si no se está activo.
- En general, desequilibrio emocional (tristeza, confusión, ganas de dormir todo el día, enojo, hiperactividad, agitación, impulsividad, etc.).
- Fase post impacto
Ocurre semanas después del evento de emergencia. La ayuda continúa pero de modo menos organizado e intenso. De ilusión en la que todos están unidos por una causa compartida, se pasa a la decepción al darse cuenta de que las cosas ya no serán como antes.
Circunstancias de este tipo podemos verla ahora mismo en los albergues: la gente recibe ayuda, pero ello no modifica la pérdida. En este período puede presentarse:
- Deseo de culpar a alguien más y de que otros se hagan cargo de la angustia (el gobierno, una empresa, los médicos, el jefe, los partidos políticos, etc.).
- Necesidad de pensar en lo tangible (“las construcciones son inestables”) versus la incertidumbre que implica lo abstracto (“puede ocurrir un sismo peor, algún día, en algún lado, ocasionando nuevos daños”).
- Problemas de salud (leves o moderados): gripa, dolor de cabeza, gastritis, dermatitis, cansancio generalizado e, incluso, tendencia a los accidentes.
- Duelos por pérdidas familiares/materiales: incredulidad, enojo, negación, tristeza, desesperanza, resignación. Si no se tienen pérdidas personales, identificación con aquellos que sí las padecieron.
- Alejamiento del grupo familiar y necesidad de quedarse cerca del grupo de apoyo.
Con la finalidad de procesar de manera más adecuada el impacto que provoca una situación de crisis, es recomendable hacer las siguientes reflexiones:
- Pensar quién era yo antes del sismo y en qué cambié.
- ¿Cuáles son mis puntos débiles (si se agudizaron) y mis áreas de fortaleza? ¿Cómo puedo hacer uso de estas?
- ¿Cuál es mi labor, hasta dónde llega y cuáles son los límites? (Identificar la omnipotencia o el sentimiento de culpa).
- ¿Estoy descansando y dejando que entren a mi mente y a mi vida aspectos creativos y amorosos o estoy en un momento de toxicidad mental (imágenes de los derrumbes/muertos)?
- ¿Quiénes conforman mis redes de apoyo? ¿Permito que me ayuden o quiero ser un héroe o un mártir?
Referencias
Benyakar, M. (2002). Salud mental y desastres. Nuevos desafíos. Neurología, Neurocirugía y Psiquiatría, 35:3-25.
Centro Nacional de Prevención de Desastres (cenapred). (2017). Guía de campo para la primera ayuda psicológica. Disponible en:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/242911/Guiahandbook_WEB_ok.pdf
Klein, M. (1935-1940). Obras completas de Melanie Klein, tomo I: Amor, culpa y reparación. México: Paidós, 2008.
Lindemann, E. y Dawes, L.G. (1952). The use of psychoanalytic constructs in preventive psychiatry. Psychoanalytic Study of the Child, 7:429-448.