Entrevista a la Dra. Elena Ortiz acerca del Taller El método psicoanalítico. Modalidades de intervención clínica
Doctora Elena, es un gusto saludarla, quiero preguntarle ¿por qué habla usted de distintas intervenciones clínicas que se pueden tener dentro del método psicoanalítico? ¿Puede haber diferentes intervenciones clínicas para un mismo paciente?, ¿nos lo puede explicar?
El psicoanálisis en la actualidad comprende que las interpretaciones “correctas” o “incorrectas” no existen como tales. Por supuesto, hay interpretaciones más atinadas, refinadas, más adecuadas a lo que el paciente necesita; mejores o peores, más útiles y menos útiles. La pluralidad del mundo psicoanalítico nos lleva a entender que el paciente es complejo, que hay distintas perspectivas desde las cuales se puede abordar una interpretación y que, desde ésta óptica, hay varias interpretaciones e intervenciones paralelas que pueden ser simultáneamente correctas…
La pregunta que surge entonces es: si existen varias interpretaciones posibles, ¿qué se valora en la construcción de las intervenciones analíticas? Lo que valoramos son elementos como la cercanía que la interpretación y el terapeuta tengan al estado emocional del paciente, la cualidad descriptiva que el analista pueda hacer del funcionamiento mental, la riqueza estética que pueda aparecer en la interpretación, la temperatura que hay en el vínculo entre paciente y analista, la capacidad intuitiva que se desarrolla en el terapeuta, la creación de un espacio de sinceridad, el valor para enfrentarse con áreas indeseables de la mente, en fin, una serie de cualidades que vivifican el método y lo convierten en un efectivo instrumento de conocimiento.
¿Cuáles son los temas más importantes que desarrollará en su taller?
Voy a retomar uno de los temas que comencé a desarrollar en el taller del año pasado: la sinceridad en la obra de Donald Meltzer, que tiene que ver con el concepto de verdad de Wilfred Bion, pero no es lo mismo. Hablaré de la función que los llamados “objetos internos” cumplen dentro de la mente, principalmente intentando hacer una discriminación sutil de los estados mentales narcisistas versus los estados mentales de genuina relación objetal. Esto tiene que ver con las formas en que el psicoanálisis comprende la creatividad, la sensibilidad estética, el aprendizaje, el progreso emocional. Es un intento por brindar un “mapa” que pueda guiar a los terapeutas y analistas a valorar el mundo interno de sus pacientes y diferenciar con sutileza las condiciones mentales que son fundamento del desarrollo, en contraposición a los que apuntan hacia estados patológicos.
También retomaré algunas ideas con respecto a la técnica de la interpretación: la idea de la descripción del mundo interno versus la explicación intelectualizada, el uso de metáforas sencillas, el concepto de interpretación compleja y otras nociones útiles para la práctica clínica. Relacionado con estas ideas técnicas, voy a aprovechar para explicar algunos aspectos de la teoría de los sueños desde la obra de Bion y de Meltzer. Me interesa que se entienda el sentido constructivo de los sueños, la idea de vida onírica como algo siempre en funcionamiento, una función mental en actividad constante, de la cual el sueño es el punto culminante de generación de sentidos. Desde esta idea, se obtienen en la técnica implicaciones importantes. El analista toma más en cuenta los movimientos metafóricos y está atento a las construcciones de significado que el paciente desarrolla.
¿Hay algunos autores psicoanalíticos que usted toma especialmente en consideración para desarrollar estas ideas?
Los dos autores que más utilizaré en el taller serán Bion y Meltzer. Esto responde a un gusto personal y, sobre todo, al momento actual de mis investigaciones, ya que me encuentro estudiando en particular la obra de estos analistas.
¿Dará ejemplos clínicos para que los asistentes puedan entender mejor los conceptos que expone?
Por supuesto. Uno de los objetivos centrales del taller es poder hacer una exposición clara y precisa de las ideas, siempre en referencia a material clínico, a ejemplos de la vida cotidiana o referencias a películas y literatura. Interesa que la riqueza del mundo psicoanalítico no quede en teoría o abstracciones, sino que se pueda traducir en una manera más completa para comprender a los pacientes, a uno mismo, a la vida en general. Establecer un puente entre la teoría y la clínica es fundamental, lo mismo que un puente entre los conceptos y la comprensión de la vida diaria.
¿El taller está dirigido a personas que tienen conocimientos de psicoanálisis o cualquier individuo interesado en el tema puede comprender lo que usted explicará en el taller?
Para las personas que están formándose en la atención a pacientes, el taller será de mucha utilidad y provecho. Para aquellos que no atienden pacientes, ni están en un proceso de formación, de cualquier manera el taller les puede resultar interesante, puesto que tocaremos temas universales, que tienen que ver con la comprensión del ser humano y sus conflictos.
ALGUNAS PREGUNTAS GENERALES SOBRE EL PSICOANÁLISIS Y LOS PADECIMIENTOS MENTALES:
¿Cómo diría usted que ayuda el psicoanálisis actual a los pacientes que tienen algún padecimiento mental?
El psicoanálisis es un método de conocimiento personal que simultáneamente tiene un efecto terapéutico importante. Desde la estructura misma del tratamiento, el análisis aporta lo que denominamos un efecto continente: el vínculo y la continuidad de la relación analítica sostienen al paciente, se contiene la angustia. La posibilidad de traducir en palabras determinadas emociones, incide en que la tendencia a las actuaciones disminuya, esto implica que, en pacientes donde los trastornos están ligados a la impulsividad, se reduzcan y aminoren los síntomas.
Asimismo, se abre la posibilidad de comprender las fuentes donde se generan los padecimientos, lo que permite conocer y desarmar aquello que propicia conductas o actitudes perjudiciales para el paciente. En el psicoanálisis contemporáneo se cuentan con herramientas para trabajar patologías graves como trastornos fronterizos, depresiones crónicas, problemas psicosomáticos y otro tipo de desórdenes, con los que se obtienen buenos resultados.
Hay pacientes que deciden continuar con el trabajo analítico más allá de haber resuelto los síntomas que un inicio los llevaron a buscar apoyo. Esto se debe a que encuentran en el espacio analítico una plataforma de desarrollo individual muy importante, donde el crecimiento y el conocimiento personal se convierten en la motivación para analizarse.
¿Cree usted que han cambiado los diagnósticos de la enfermedad mental desde la época de Freud hasta la actualidad?
El psicoanálisis se aleja cada vez más de una nosología psiquiátrica. Freud utilizaba los diagnósticos que la psiquiatría ofrecía, pero simultáneamente, él mismo ya estaba describiendo, afinando y extendiendo la manera de comprender la psicopatología.
También, hay mucho camino recorrido desde los diagnósticos que Freud utilizaba a la actualidad. Se ha investigado mucho sobre los problemas que Freud no abordó. La posibilidad de contar con teorías sobre las fallas simbólicas, los déficits estructurales o los conceptos sobre el desarrollo temprano, han abierto puertas de comprensión más claras y refinadas, con relación a los trastornos de la sexualidad, las impulsiones, los problemas psicosomáticos y otras formas de expresión de patología no neurótica.
Las teorías son lentes que nos permiten observar los fenómenos y reordenarlos bajo una nueva luz. En este sentido, podemos pensar que hay cambios en los diagnósticos y en la comprensión que se tiene de ciertas manifestaciones psicopatológicas. Sin embargo, me parece importante afirmar que hay mucho de lo que Freud desarrolló, principalmente con respecto a la comprensión de los padecimientos neuróticos, que es vigente y sumamente importante en la práctica clínica.
¿Cómo ayuda al paciente el tratamiento psicoanalítico? ¿Sólo le alivia los síntomas o produce cambios más profundos en su personalidad?
Los síntomas son frecuentemente la razón por la que un paciente acude en una primera instancia a tratamiento. Lo que el psicoanálisis entiende es que los síntomas no son ajenos al carácter y a la estructura general de la personalidad. La modificación sintomática suele no ser tan complicada y frecuentemente se da con rapidez. Lo que importa fundamentalmente es si se puede trabajar de una manera más general el carácter que sostiene aquello que produjo el síntoma. Eso es lo que interesa a un psicoanalista.
Para dar un ejemplo: una persona puede acudir por un trastorno agorafóbico, es decir, no puede salir de casa o alejarse más allá de ciertas cuadras alrededor. Esto lo incapacita y empobrece su vida. En terapia este síntoma puede ser comprendido, trabajado y disminuir significativamente. Se entiende con el paciente que su posesividad y el control dominante en sus vínculos están detrás del síntoma. Los celos y la incapacidad para dejar libres a los otros son las motivaciones que lo confinan. Aquí la cuestión, entonces, no es solo liberarlo de la agorafobia, sino poder modificar la cualidad posesiva y de control omnipotente en sus relaciones. En la psicoterapia interesa que el paciente se apropie de estás áreas que generalmente no están discriminadas, que no se registran.
¿Cree usted que hoy en día se considera que las causas que producen las enfermedades mentales son las mismas que en los comienzos del siglo XX?
Uno entiende el mundo de acuerdo a los recursos epistemológicos con los que se cuenta en cada momento histórico. Las teorías, conceptos y recursos con los que hoy se cuenta, no son los mismos que aquellos de principios del s XX. A esto se le suma que hoy en día entendemos la enfermedad mental desde un punto de vista plural.
El psicoanálisis nació enclavado en la medicina. Freud tenía un dilema: por una parte comprendía que el inconsciente era complejo, que había sentidos internos contradictorios que no se anulaban entre sí, que el tiempo no existía como lo conocemos desde la lógica racional y pudo incluso hablar de la “sobredeterminación” del síntoma. Es decir, entendía la complejidad. Sin embargo, le interesaba dar al psicoanálisis un estatuto científico-positivista, donde se le busca una causa a la enfermedad.
Actualmente, comprendemos que la organización y el despliegue de la patología es algo muy complejo, donde interactúan muchos factores. Nuestras teorías son ángulos siempre incompletos de aproximación a la explicación del porqué de la patología. No nos angustia tanto pensar dentro de la falta de plenitud epistemológica, de la incertidumbre. Contamos con recursos más precisos y con ángulos que benefician realmente a los pacientes en los tratamientos, pero sabemos que, cuando se trata de enfermedad mental, estamos tratando con fenómenos sumamente complejos.
El tema que usted desarrolla de diferentes intervenciones clínicas, ¿tiene relación con la idea de interpretaciones complejas de los Dres. Bleichmar?
Sí. El concepto técnico de interpretación compleja tiene que ver con la idea del desarrollo mental como una ampliación de vértices y de la pluralidad, empleada como una postura epistemológica.
Un paciente crece cuando puede ir ampliando la visión de sí mismo desde distintos ángulos; cuando puede comprender que hay varias motivaciones inconscientes que están detrás de una conducta, una actitud, un rasgo de carácter o un sueño. La interpretación compleja apunta a entrenar al paciente a que pueda descubrir esta diversidad en sí mismo. Claro que, clínicamente, hay que tener algunas consideraciones en cuenta para poderla utilizar. Será necesario valorar la capacidad simbólica que el paciente tiene, el estado mental en el que se encuentra en ese momento, la transferencia, en fin, ciertos elementos que habrán de considerarse para poder interpretar mostrando distintas perspectivas simultáneas. A veces la interpretación compleja se puede efectuar cuando hay un paciente entrenado en el método psicoanalítico y que se encuentra en el punto que comentaba con anterioridad, donde el interés por la comprensión personal domina.
Lo que me parece importante es que el analista pueda tener en mente la interpretación compleja, que pueda comprender varios ángulos de lo que mira en su paciente. Después decidirá si el paciente es capaz de escucharlo todo y la manera como se lo “dosifica”, ya verá cuál es la estrategia más conveniente, incluso si por el momento solo selecciona una de las posibles lecturas… Lo central es que el terapeuta entienda que está frente a un fenómeno complejo y que se dé a la tarea de observar los distintos sentidos implicados en su objeto de comprensión.
Semblanza de la Dra. Elena Ortiz
Es doctora en Clínica Psicoanalítica por el Centro Eleia. Tiene veinte años de experiencia en clínica psicoanalítica con niños, adolescentes y adultos. Es docente y supervisora en la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica y forma parte de la coordinación del Doctorado en Clínica psicoanalítica del Centro Eleia. Colaboradora en el libro Las perspectivas del psicoanálisis publicado por Paidós. Autora de La mente en desarrollo. Reflexiones sobre clínica psicoanalítica editado por Paidós.
Las fechas del Taller «El método psicoanalítico. Modalidades de intervención clínica» son:
Sábado 30 de agosto de 2014, Plantel Sur
Sábado 6 de septiembre de 2014, Plantel Norte
Horario: 10:00 a 13:00 hrs.
Imparte: Elena Ortiz
Cuota de recuperación $150
Cupo limitado
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