Enfermedades psicosomáticas infantiles. Sus tratamientos
Por Alma Toledo.
La comprensión de la relación mente-cuerpo es una tarea fascinante que plantea múltiples interrogantes. De acuerdo con la perspectiva psicoanalítica, el psiquismo y la vida emocional se estructuran con las experiencias más tempranas. Desde los primeros meses de vida, el bebé está expuesto a una serie de estímulos internos y externos que estructuran su mente; psique y soma se van integrando paulatinamente.
Los padecimientos físicos en la infancia son frecuentes e ineludibles. Existen distintas explicaciones con respecto a su etiología y se consideran un problema complejo que involucra factores ambientales, genéticos, sociales y psicológicos.
Respecto a lo psicológico, sabemos que los avatares de la vida temprana, en especial el vínculo con la madre, influirán de manera determinante en el desarrollo sano o patológico del niño. Las separaciones, las pérdidas, la depresión y el estrés se consideran detonantes de suma importancia de enfermedades durante la infancia. En esta etapa, la personalidad se encuentra en período de formación. La capacidad para enfrentar las emociones inherentes a los conflictos de la vida está aún en vías de consolidarse, lo que hace a los niños más proclives a enfermar.
Hoy sabemos que el ingreso a la escuela no solamente expone a los niños al contacto con otros pequeños que pueden contagiarlos, sino implica, además, emociones dolorosas y depresivas que los hacen más susceptibles. El cuerpo en la infancia es una vía regia para la manifestación de diversas alteraciones vinculares y afectivas.
La relación entre la vida emocional y las enfermedades de nuestro cuerpo todavía presenta muchas preguntas. Sin embargo, es de nuestro conocimiento que la edad cronológica de aparición de una enfermedad psicosomática da luz sobre la gravedad y evolución del trastorno: no es lo mismo un niño que inicia un cuadro asmático a los dos años, que a los diez; el diagnóstico varía enormemente en cada caso.
El aumento en los últimos años de trastornos somáticos en la infancia es significativo. En México, por ejemplo, los casos de diabetes infanto-juvenil alcanzan cifras alarmantes. De hecho, la diabetes es la enfermedad crónica de mayor incremento en los últimos años en nuestro país.