El trabajo clínico con pacientes graves: metáforas, imágenes y analogías

Por Nadezda Berjón M.

 

La experiencia clínica de la segunda mitad del siglo XX hasta la fecha deja a la vista la diferencia que implica el trabajo psicoanalítico con pacientes conocidos como neuróticos (histeria, neurosis obsesiva y fobia) en comparación con aquellos que pertenecen al campo de lo grave (melancolías, psicosomatosis, adicciones, personalidades “como si” o de “falso self”, fronterizos, entre otros).

Como es bien sabido, S. Freud propuso la interpretación (de sueños, transferencia, deslices en el lenguaje) como herramienta central para hacer consciente aquello que fue reprimido y que es el generador de los síntomas neuróticos (modelo topográfico). Por ejemplo, posterior a una interrupción, un paciente narra que soñó que estaba en un restaurante y, al fondo, vio a una mujer dando de comer a un niño pequeño. A través del trabajo con sus asociaciones en torno al sueño, quizá se develen anhelos orales de ser el bebé atendido de modo permanente ante el dolor de la exclusión. Estas ideas se pueden desarrollar con el paciente, haciendo consciente aquello enterrado por la represión.

Ahora bien, con pacientes no neuróticos, algunos autores imaginan la diferencia entre desenterrar algo que en sí está completo (levantar la represión), pero fuera de la vista, y tener pedazos de algo que quizá nunca estuvo entero, o que explotó y se fragmentó, lo cual no aporta sentido al paciente cuando se le descubre. En este caso, hay que crear los puentes, las uniones, las partes faltantes, para construir junto con el analizando un sentido personal y emocional.

Quinodoz (2003) señala que el uso de metáforas e imágenes resulta muy enriquecedor en su clínica. Los pacientes que ella denomina heterogéneos (pues son atormentados por componentes diversos internos, como una lucha constante entre partes de sí, no reconciliadas ni integradas) presentan dificultades para simbolizar. Esta situación lleva a que interpretarles los sueños, la transferencia y las palabras mediante explicaciones resulte ser una técnica más confusa que esclarecedora. En cambio, si el analista hace uso de imágenes y evocaciones, crea un campo potencial para que, poco a poco, la persona pueda vislumbrar el mundo de fantasía y sentir lo que es la libertad psíquica. Así, podrá comenzar a crear conexiones entre el pasado y el presente y ser capaz de tener experiencias personales. Sin embargo, según Quinodoz, es una capacidad simbólica que se debe reactivar antes de poder hacer uso de ella.

En esta misma línea, Levy (2019), retomando el concepto bioniano de función alfa (capacidad para digerir las experiencias emocionales), observa que, en el trabajo con pacientes que son adictos a los videojuegos o a las imágenes aportadas por los medios (como YouTube, Tiktok, videos de desastres naturales, o violencia etc.), en vez de soñar o imaginar, traen a la sesión estos productos ajenos, por lo que se presenta una falla en la capacidad para simbolizar experiencias emocionales propias, de contener sus pensamientos. Lo relevante es que estas imágenes, que no son producidas internamente (al igual que las metáforas ofrecidas por el analista), conforman una especie de prótesis o andamiaje, sobre el cual la persona podrá construir su propio pensamiento.

Por ejemplo, ante la misma situación mencionada al inicio, otro paciente narra, ansioso, cómo en esa interrupción pasó horas viendo videos de bebés abandonados, huérfanos de guerra, situaciones de desamparo, etc. Si seguimos con esta idea de la falla para simbolizar, no podemos dar el brinco inmediato a “quizá te sentiste así cuando no te atendí”, sino que podemos quedarnos alrededor de lo que esos infantes sienten, viven y sufren, sin necesariamente conectar con su propia experiencia, al menos hasta que el paciente lo pueda sentir como algo propio. La intención será ayudar al paciente que no corresponde con el diagnóstico de neurosis a hacer uso de sus funciones internas, mediante imágenes, al inicio ajenas, pero que paulatinamente podrán conectarse con lo interno.

Te invitamos al Curso corto “Clínica del vacío y psicopatología de la simbolización”, donde profundizaremos en este trabajo psicoanalítico tan específico. Iniciamos el 26 de abril.

 

Referencias:

Levy, R. (2019). The polyphony of contemporary psychoanalysis: The multiple languages of man. En The International Journal of Psychoanalysis, 100:4, 656-673.

Quinodoz, D. (2002). Words that touch. A psychoanalyst learns to speak. Karnac.

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