El dolor de la infertilidad: El impacto de las técnicas de reproducción asistida
Artículo del Diplomado “Embarazo, parentalidad y vínculos tempranos”
Por Gabriela Cardós
De acuerdo con cifras de la OMS, en la actualidad, una de 4 parejas tiene un problema relacionado con la infertilidad, la cual se define como la dificultad para concebir luego de un año de intentarlo y que puede ser causado por diferentes razones. En el caso de la mujer por endometriosis, ovario poliquístico, infecciones y retraso en la edad de la concepción, entre otras. Mientras que en el varón encontramos entre las causas más comunes un bajo conteo o movilidad de espermatozoides, fallas hormonales, varicocele e infecciones, etcétera. La esterilidad puede tener un origen biológico, psicológico o ser una combinación de todas las anteriores y, en muchas ocasiones, es desconocido.
Sin embargo, los avances de la medicina y la tecnología ofrecen nuevas oportunidades para tener una familia mediante métodos como la inseminación artificial, la fertilización in vitro, la donación de óvulos y esperma, e incluso la maternidad subrogada, los cuales se confrontan con la idea tradicional sobre la concepción y la manera de formar una familia. Este hecho nos empuja a preguntarnos ¿cuál es el impacto emocional y los efectos que tiene en la mente de las personas recurrir a estos métodos?
De acuerdo con Pines (1990), cuando la pareja resuelve valerse de las técnicas de reproducción asistida (TRA) debió, previamente, haber aceptado su falla para concebir de manera natural, además de elaborar el duelo por la expectativa y el deseo de ser papás mediante una actividad heterosexual, como ocurrió en generaciones anteriores. Estas parejas pueden avergonzarse por no poder concebir como los demás, pero también sentir culpa por no darles nietos a sus padres y no continuar con el linaje familiar.
Desde el psicoanálisis, se debe pensar que el uso de una TRA tendrá efecto en la novela familiar del neurótico, en su libreto alrededor de la escena primaria, en las teorías sexuales infantiles y en las fantasías sobre el origen de los bebés. Pueden surgir también ansiedades persecutorias como resultado de los intentos al desafiar a la Madre Naturaleza y vivir la dificultad para procrear como un castigo por haber atacado el cuerpo fértil de la madre o quizá por el hecho de contradecir creencias religiosas y culturales. Desde el inconsciente, son muchas las razones para desear a un hijo y, a veces, la busca de tenerlo puede interferir en la salud física y mental de la mujer, además de causar problemas económicos y dificultades en la pareja (Alkolombre, P. 2008). Por otro lado, es necesario reconocer que las parejas infértiles tienen conflictos previos a la ilusión de ser padres y que los sentimientos ambivalentes alrededor de tal deseo son universales, pero ahora se suman sentimientos de ansiedad, rabia y depresión ante la falla en su deseo y viven con la herida narcisista que esto supone.
Casamadrid (2013) relata el material de una paciente que recurre a la técnica in vitro para concebir: justo el día que le implantarían el óvulo ya fecundado, mientras aguardaba en la sala de espera de su ginecólogo, vio a salir a un hombre que, supuso, fue a dejar una muestra de semen. A partir de ese día, empezó a tener ideas paranoides y persecutorias de que la enfermera pudo haberse equivocado y de que era posible que hubieran fecundado su óvulo con el esperma de alguien más. Con base en eso se analizaron a profundidad fantasías vinculadas con su nacimiento, con la rivalidad hacia los hermanos, sus deseos incestuosos, con tener un hijo de papá y el miedo al castigo por ese deseo. Vemos, por lo tanto, la manera en la que el tratamiento psicoanalítico posibilita elaborar esas fantasías y permite que la madre pueda relacionarse de otro modo con su futuro hijo.
Para León (2010), el hecho de someterse a una TRA puede provocar una sensación de pérdida de control, una herida narcisista, decepción y sentimientos de indefensión, ya que los procedimientos médicos pueden ser vividos como un ataque a la integridad corporal, una interferencia con su espontaneidad y un cuerpo dañado que no funciona como debería y, finalmente, todo esto, en el caso de que el resultado final sea el nacimiento de un bebé sano, tendrá un impacto en la construcción del vínculo con él o ella. Sea cual fuere la técnica, con la fertilidad asistida la pareja pierde el control de las capacidades reproductivas de su propio cuerpo y este debe conferirse al médico tratante, quien dictará rígidas indicaciones que promueven el resurgimiento de fantasías infantiles en las que el niño se sometía frente a los padres poderosos (Casamadrid, 2013).
En resumen, las TRA tienen muchas implicaciones, pues brindan esperanza, pero también la quitan de manera que, tomar la decisión de ser padres mediante una, genera un gran número de emociones contradictorias. Como analistas sería importante indagar en los significados inconscientes de la infertilidad y trabajar con las emociones que la experiencia provoca para así poder detectar situaciones de riesgo en el vínculo que sabemos es fundante del psiquismo.
Referencias
Alkolombre, P. [(2008) 2012]. Deseo de hijo. Pasión de hijo. Esterilidad y técnicas reproductivas a la luz del psicoanálisis. Buenos Aires: Letra Viva.
Casamadrid J. (2013). Fertilidad asistida… ¿Un mundo feliz? Trabajo presentado en el LII Congreso Nacional de Psicoanálisis. Actualizaciones en psicopatología. México, D. F.
Leon, I. G. (2010). Understanding and treating infertility: Psychoanalytic considerations. The journal of the American Academy of Psychoanalysis and Dynamic Psychiatry. Núm. 38(1). 47-75 pp.
Pines, D. (1990). Emotional aspects of infertility and its Remedies. International Journal of Psycho-Analysis. Núm. 71. 561-568 pp.