Ecos del pasado: Familia, inconsciente y subjetividad. Jornadas 2025
Por Muriel Wolowelski
La familia, ese microcosmos en el que se gestan los primeros vínculos y se forja la identidad, es un escenario complejo donde convergen los aspectos conscientes e inconscientes del funcionamiento psíquico. En su seno, se transmiten legados invisibles, se ejercen funciones parentales que moldean la psique y se construye la subjetividad, todo ello entrelazado con la sexualidad infantil, que se configura como un motor pulsional y deja una huella en el individuo (Freud, 1905/2003).
Los procesos psíquicos internos se manifiestan de manera continua en la vida diaria de las personas, influyendo en el desarrollo de su personalidad y su interacción con el mundo. En este contexto, la familia actúa como un puente entre el individuo y su entorno, así como entre generaciones, siendo el espacio en el que se desarrollan sus miembros a través de sus relaciones cotidianas.
El legado que nos deja Freud con la concepción psicoanalítica del inconsciente, la teoría pulsional y la sexualidad, junto a muchos otros desarrollos que toman en cuenta el interjuego de los factores internos como soporte de la realidad psíquica, nos permite comprender las motivaciones inconscientes de los conflictos humanos. El psicoanálisis nos invita a considerar una visión del mundo no objetiva, sino teñida por la historia personal y los procesos internos que operan en nuestra mente. En este contexto, la tarea psicoanalítica busca explorar la infinita variedad de afectos, las innumerables distorsiones de lo emocional y las múltiples motivaciones inconscientes que aparecen en los tratamientos y que los psicoanalistas desean comprender.
El cine es un territorio extraordinario para revelar estos fenómenos. La obra del director griego Yorgos Lanthimos, en particular su película Canino (2009), ofrece un modelo paradigmático de las dinámicas familiares que operan de manera extrema y disfuncional. Este filme evidencia el impacto de la familia en la percepción del individuo, la forma en que se configura la sexualidad, la autoridad y la influencia de los padres en el destino de sus hijos, al mismo tiempo que se distingue la dinámica interna que emerge pese a las restricciones paternas.
Desde una perspectiva psicoanalítica, pensamos que las emociones, los patrones de comportamiento, los valores y los traumas se transmiten por medio de mecanismos inconscientes. Freud abordó la transmisión inconsciente en el contexto familiar con sus ideas sobre el complejo de Edipo y la identificación, a través de la cual los individuos incorporan características de sus figuras parentales de forma no consciente. En Más allá del principio de placer (1920), Freud habla sobre la “compulsión de repetición”, que se refiere a la tendencia a repetir experiencias traumáticas o dolorosas. Aunque no se centra exclusivamente en la familia, este concepto es crucial para entender la transmisión de traumas familiares de generación en generación. Estas concepciones nos resultan fundamentales en la práctica clínica actual para entender los vínculos conflictivos y las dificultades interpersonales posteriores.
Otro de los aspectos centrales en la construcción subjetiva es la sexualidad. Su abordaje dentro de la familia influye en cómo el individuo vivirá su deseo y sus relaciones interpersonales. La represión, el silencio o la prohibición excesiva en torno a la sexualidad pueden generar angustia, culpa o dificultades en la vida adulta.
La transmisión inconsciente se manifiesta en Canino en un escenario de aislamiento extremo en el que viven los hijos. Los padres, arquitectos de una realidad paralela, han construido un mundo donde el lenguaje, los conceptos y las experiencias son alterados, creando una burbuja que pretende protegerlos de un exterior amenazante, lo que limita la autonomía y la percepción del mundo. Un aspecto notable de la película es que los miembros de la familia no tienen nombres propios, sino que se refieren entre sí como “padre”, “madre”, “hijo”, “hija mayor” e “hija menor”. Esta falta de nombres contribuye a la sensación de despersonalización y aislamiento.
En la película, el despliegue de la sexualidad está prohibido y se presenta en un contexto perturbador, como si fuera una herramienta de control, manipulación y violencia dentro del ambiente incomunicado en el que viven los personajes. Sin embargo, a pesar de las restricciones, el descubrimiento de la masturbación en el “hijo” abre un estrecha fisura por la que asoma la libertad individual y el deseo, a pesar del entorno opresivo.
Los vínculos familiares y las funciones parentales se distorsionan: los padres, en lugar de ser figuras de apoyo y guía, se erigen como tiranos que ejercen un poder absoluto sobre sus hijos. La función materna se pervierte en una sobreprotección asfixiante, mientras que la función paterna, lejos de representar la ley y la separación (Lacan, 1950), se convierte en un ejercicio de autoridad despótica. Los hijos, privados de su individualidad y autonomía, se convierten en meras extensiones de los deseos y miedos de sus padres.
Si bien la transmisión inconsciente en la familia puede ser tanto una fuente de estabilidad como de conflicto, las propias motivaciones inconscientes y la carga conflictiva interna que cada uno de nosotros porta, son factores de gran peso. Freud fue innovador al desarrollar la idea de lo interno, los impulsos sexuales, la fantasía y la identificación como modelo interpersonal.
Si los padres no han resuelto sus propios traumas y conflictos internos, éstos pueden ser heredados por sus hijos, generando ciclos de repetición intergeneracional. Por ello, es fundamental reflexionar sobre el interjuego de lo interno (lo que cada quien trae puesto) y la influencia de la familia en la personalidad individual. El psicoanálisis contemporáneo estudia y atiende las interacciones intersubjetivas junto con las motivaciones inconscientes para comprender lo humano.
El estudio de estos procesos nos invita a cuestionar hasta qué punto la combinación entre la propia realidad interna, nuestras creencias, deseos, miedos y fantasías converge en lo que somos. La toma de conciencia sobre estos aspectos permite un mayor grado de libertad en el desarrollo de la propia identidad, facilitando el ejercicio de vínculos más sanos y una vida emocional más equilibrada.
REFRENCIAS
Bleichmar, C. y Bleichmar N. (2013) Sobre el psicoanálisis contemporáneo. Editorial Planeta Mexicana.
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Freud, S. (1981). Más allá del principio del placer. Obras completas (vol. 18). Amorrortu editores. (Obra original publicada en 1920).
Freud, S. (2004). Psicología de las masas y análisis del yo. Obras completas (Vol. 19, pp. 1–136). Amorrortu. (Obra original publicada en 1921).
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Laplanche, J. y Pontalis, J.B. (1996) Diccionario de psicoanálisis. Paidós. 2004
Leiberman, C. y Bleichmar, N. (2001) Las perspectivas del psicoanálisis. Paidós
Leiberman, C. y Bleichmar, N. (2013) Sobre el psicoanálisis contemporáneo. Paidós