Día Internacional de la Mujer 2019

“Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”

Laura Irene González

Norberto Bleichmar

Este año, el lema propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Día Internacional de la Mujer se centra en la igualdad, en la construcción inteligente y creativa de oportunidades y mejores condiciones para las mujeres en todas las esferas, principalmente en lo que se refiere a protección social, lo cual se traduce básicamente en procurar el bienestar de las mujeres a través de soluciones innovadoras, apoyadas en la tecnología, que promuevan y faciliten el cambio.

¿Desde cuándo se conmemora?

Entre los primeros antecedentes se citan popularmente diferentes versiones acerca de la represión violenta de una huelga masiva de trabajadoras y un incendio en una fábrica de textiles en el que murieron muchas obreras, acontecimientos situados en 1857 y 1908, ambos en la ciudad de Nueva York.

Otras fuentes reconocen como antecedente el primer Día Nacional de la Mujer, propuesto por el Partido Socialista de Estados Unidos y celebrado el domingo 28 de febrero de 1909, conmemoración que se seguiría realizando el último domingo de febrero hasta 1913.

Aunque se seguiría celebrando el día de la mujer en torno a esta fecha en diversas partes del mundo, no fue sino hasta 1975, el Año Internacional de la Mujer, que la ONU declaró oficial el 8 de marzo como la fecha oficial durante la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en la Ciudad de México. Las siguientes conferencias se llevaron a cabo en las ciudades de Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995), y en cada una de ellas se definieron planes de acción mundial con objetivos a corto y mediano plazo.

Fue en la cuarta y última conferencia donde se estableció la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un programa más completo en favor del empoderamiento de la mujer, mismo que se acordó revisar y evaluar quinquenalmente. En la actualidad esta plataforma contempla 12 esferas cruciales para el logro de la igualdad, que incluyen los temas de pobreza, educación, salud, violencia, conflictos armados, economía, derechos humanos, medios de difusión, medio ambiente, la mujer en el ejercicio del poder, mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer y, de manera muy enfática, la infancia.

¿Para qué hacerlo un Día Internacional?

Desde el punto de vista de la ONU, los días internacionales no son propiamente un festejo, sino un acontecimiento que sirve para sensibilizar y crear conciencia entre la población general, así como también para que los gobiernos se comprometan y trabajen en solucionar temas pendientes. Son llamados a la reflexión y a la acción, a la defensa de los derechos y la búsqueda activa de soluciones. En el caso específico del Día de la Mujer, este 2019 la ONU hace un llamado a los líderes de la industria y a las empresas emergentes para que contribuyan a mejorar el panorama en el mundo de los negocios, eliminando barreras y acelerando el avance hacia la igualdad de género.

Como cada año, la ONU lleva a cabo un completo programa de actividades, centrado en el tema propuesto, que incluye mesas de discusión y conferencias con diversas personalidades, no sólo de los órganos y agencias que conforman esta organización, como la directora ejecutiva de ONU Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka, sino también con figuras públicas como actores o escritores que dedican parte de su carrera al activismo social. Este año están invitadas la actriz estadounidense Reese Whitherspoon y la actriz y dramaturga estadounidense de ascendencia zimbabuense Danai Gurira.

De manera paralela, la ONU establece objetivos clave a más largo plazo, por lo cual en la Agenda 2030 incluye: velar por que todos los niños y niñas concluyan la enseñanza primaria y tengan acceso a servicios de atención y desarrollo, poner fin a todas las formas de discriminación y violencia contra todas las mujeres y las niñas en todos los ámbitos, incluidos todos los tipos de explotación, así como eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

¿Cómo pensar lo femenino desde el psicoanálisis?

Desde sus inicios, con la obra de Freud, el psicoanálisis exploró la sexualidad femenina, tema que nos ocupa el día de hoy en que se celebra el Día Internacional de la Mujer. El inconsciente, que es la base del psicoanálisis, es aquello que no aparece directamente en el pensamiento racional, en lo que opinamos y explicamos sobre la sexualidad y el erotismo femenino de modo convencional. Freud comenzó observando pacientes histéricas que tenían parálisis, desmayos, convulsiones, muchos síntomas que no respondían a cómo funcionan las vías nerviosas, sino que tienen una disposición imaginaria. Puede decirse que el psicoanálisis y el estudio del inconsciente nacieron de la mano de la exploración de la sexualidad femenina.

Una de las primeras pacientes de ese entonces fue la famosa Ana O, atendida por el colega de Freud, Josef Breuer, y que tuvo un enamoramiento de su analista y un embarazo histérico. Breuer, presa del pánico, interrumpió el tratamiento; en cambio, Freud siguió otro camino: frente a una mujer que lo abrazó al terminar la sesión comprendió uno de sus descubrimientos principales, la transferencia. Así observó cómo en la sexualidad femenina se trasladan emociones de otras épocas; por ejemplo, del padre de la infancia (y el amor hacia él) a otras personas. De modo que el análisis de las mujeres le dio a Freud un gran estímulo para la comprensión de dos de sus descubrimientos esenciales: inconsciente y transferencia.

Freud siempre pensó que la sexualidad femenina era un territorio complejo y lo abordó, para sinterizar un poco, con dos ideas. Hacia 1925 pensó que la mujer envidiaba el pene masculino, idea que suscitó mucho rechazo, pero contaba con argumentos parcialmente valederos, pues analizaba el tema desde la castración y la relación con la anatomía. Cabe agregar que, si bien la mujer en su inconsciente envidia el pene masculino, además de admirarlo y amarlo, así también el hombre admira y envidia la feminidad. En 1932 tuvo otra idea esencial: la base de todas las angustias humanas repite un prototipo de la separación con la madre y las emociones que esto produce.

Para esos años, con la incorporación de muchas mujeres de genio al psicoanálisis se estudiaron emociones sobre la maternidad, la relación con el bebé y las fantasías sobre el cuerpo materno en sus aspectos inconscientes e imaginarios. Melanie Klein fue una de esas precursoras, y luego muchas otras comprendieron que el hombre envidia la capacidad maternal, la capacidad de tener bebés que posee la mujer, y las relaciones que con él establece.

Desde la década de los cuarenta del siglo pasado hasta la actualidad, el psicoanálisis no dejó pasar el tema de la relación madre-bebé, en particular la importancia de la salud mental de la madre para criar hijos sanos. Sobre este desarrollo es bueno recordar los nombres de Winnicott, Mahler, Green, Lacan y Bion.

Se comprendió entonces el rol de la feminidad en amar al bebé, nutrirlo de interés y pasión, de comprender sus emociones y poder tolerarlas, así como la importancia de poder combinar la relación con sus hijos y con la pareja para no quedar anclada en una relación diádica con ellos excluyendo al padre.

El psicoanálisis, en su práctica, tiene un alcance limitado por la cantidad de mujeres que pueden analizarse. Sin embargo, un momento en que su utilidad social se difundió ampliamente, y en ese sentido no puede subestimarse el efecto benéfico social que posee nuestra disciplina, fue cuando la cultura incorporó la gravitación materna en el desarrollo infantil. Ahora una niña o niño con problemas lleva a casi todas las personas a pensar en cómo se siente la madre, cómo es la relación de pareja que tiene, y en ello podemos tener la satisfacción de haber aportado un conocimiento que socialmente beneficia a la salud mental.

Asimismo, recordamos con interés cuando hacia los años setenta en las salas de pediatría se pedía que la madre estuviese junto a los pequeños enfermos la mayor cantidad de tiempo posible, sentadas incluso de noche juntos a ellos. Los niños mejoraban más rápido y cooperaban más en sus tratamientos médicos.

Por otra parte, un psicoanalista hombre puede ser visto inconscientemente como madre, se pueden transferir a él los deseos de amor, contacto, presencia, que se tuvieron con la madre.

El aporte psicoanalítico al bienestar femenino es un complemento y un punto de trabajo que se combina con los grandes cambios sociales que hoy en día existen en la batalla por la igualdad de género, por la atención a la mujer, por su rol social igual al hombre en trabajos, sociedad o política.

Lo social no debe impedir ver lo inconsciente. Para empezar, está la identificación inconsciente de una mujer con los ideales del yo, de la familia o la cultura. Los mecanismos mentales tempranos de mimetismo provocan que, así como un niño tiene una identificación primaria con el objeto externo, la mujer pueda quedar en el mismo mimetismo con la ropa, la moda, los objetos materiales o los profesionales e ideales. Igual pasa con el hombre.

Pensar el Día Internacional de la Mujer desde vértices complementarios, sociales, culturales, antropológicos, neurobiológicos y psicoanalíticos es el estilo de Eleia. El postmodernismo con la visión de interdisciplinariedad y complejidad en el análisis de un tema rinde sus frutos.

Referencia

Organización de las Naciones Unidas (2019). Día Internacional de la Mujer: 8 de marzo. Recuperado de https://www.un.org/es/events/womensday/index.shtml

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