Algunas reflexiones sobre asistir a psicoterapia

Por Daniela Bustamante Rosas

 

¿Ir a psicoterapia? Son muchos los que se lo preguntan en algún momento de su vida. Hay quienes se deciden a buscarla, otros prefieren no hacerlo. Es común que la pregunta surja cuando la persona se encuentra en alguna situación emocional complicada, cuando está atravesando alguna crisis o en momentos donde busca nuevas respuestas para sus dificultades.

De unos años para acá, la perspectiva que tienen las personas acerca de asistir a psicoterapia ha cambiado. Antes era de lo más común —hoy sucede, pero menos— que la gente pensara que ir a terapia era para los “locos”, para los que estaban muy mal de la cabeza y para aquellos que estaban al borde del suicidio.

Actualmente, hay mucha más consciencia y apertura con respecto al tema de la ayuda psicoterapéutica. Es muy común que se le considere como un recurso que puede auxiliar a cualquiera, como una herramienta que puede serle útil a quienes desean mejorar la calidad de su vida emocional y de sus relaciones.

Muchas veces, encontramos que, paradójicamente, las personas menos perturbadas psicológica y emocionalmente son las que suelen buscar ayuda profesional. Esto se debe a que quienes optan por pedir ayuda están siendo capaces de reconocer que algo en su vida no marcha tan bien; se dan cuenta, aunque sea de manera momentánea, de que sus emociones existen y necesitan ser atendidas; y tienen, además, un deseo de mejorar en distintas áreas de su vida. Puede sonar contradictorio, pero asumir que necesitamos de alguien más para estar mejor es un indicio de madurez emocional, porque solamente de esa manera podemos aprender y nutrirnos de las experiencias de otros.

A continuación, comentaré algunos de los beneficios de atenderse psicológicamente:

– Aumenta el conocimiento de las propias emociones y motivaciones, que son fundamentales en la personalidad y en la vida cotidiana. Muchas veces, las personas no se dan cuenta de que las emociones, como procesos complejos, sostienen sus decisiones, desde las más sencillas hasta las más complejas. Por ejemplo: una mujer no está segura de continuar con su relación de pareja; argumenta que su novio, aunque la quiere mucho ―y ella a él―, tiene gustos diferentes a los de ella. En su proceso terapéutico, se va dando cuenta de que, en realidad, tiene mucho miedo de establecer una relación íntima y cercana con un hombre. En este ejemplo, vemos que su idea de terminar con él está fundamentada en la emoción del miedo. Si esta mujer no logra reconocer y trabajar en estos sentimientos, hay muchas posibilidades de que tome el camino de la soledad. No es que la soledad sea algo malo —es un tema amplio y complejo que requeriría otro escrito—, sin embargo, en este caso, sería resultado de emociones que no han sido pensadas y procesadas.

– Permite que las relaciones intrapersonales e interpersonales se vuelvan más satisfactorias. Se puede percibir un aumento en la autoestima porque la persona se está ocupando seriamente de sí misma y de sus seres queridos; también aumentan las posibilidades de ser más comprensivo y amoroso, de fortalecer la propia identidad y, por lo tanto, de establecer límites cuando se vuelve necesario.

– Disminuye el riesgo de ciertas enfermedades físicas. Cuando la mente se encuentra más fortalecida, el cuerpo se ve menos alterado en varias de sus funciones. Enfermedades como la gastritis, la colitis, la migraña o condiciones como el insomnio, suelen estar asociadas con problemas emocionales. Una mujer solía enfermar del estómago (inflamación por colitis) o tener dolores de cabeza cuando sus amigas la invitaban a alguna convivencia. Mientras fue avanzando en su proceso psicoterapéutico, pudo descubrir que se sentía muy competitiva con sus amigas, preocupada de que ellas tuvieran mejores cosas o vivieran en situaciones más favorables. Conforme ha comprendido y puesto en palabras estos sentimientos, la colitis y los dolores de cabeza han disminuido y ha sido capaz de disfrutar, en mayor medida, las reuniones con sus amigas.

 

Centro Eleia es una institución que, desde 1990, se dedica a formar psicólogos y psicoterapeutas. Como parte de la formación a nivel maestría y doctorado, cuenta con un Servicio de Atención Psicológica Comunitaria muy bien organizado. Los casos son supervisados por maestros expertos y se atienden pacientes en consulta individual, a bajo costo, con la finalidad de formar profesionistas de gran nivel y de aportar apoyo psicoterapéutico accesible y de calidad a la comunidad mexicana.

Si estás interesado en atenderte psicológicamente o conoces a alguien que lo requiera, no dudes en contactar a Centro Eleia para que te puedan asignar a algún terapeuta cerca de tu domicilio. Si has considerado la idea de estudiar psicología o entrenarte como psicoterapeuta, también debes saber que Centro Eleia es de las mejores opciones que hay en México, por el excelente nivel académico de sus docentes y porque puedes iniciar tu práctica con pacientes.

 

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