Agresión disfrazada de preocupación: conflictos de padres a hijos
Por Nadezda Berjón M.
Uno de los libros más estudiados del psicoanalista norteamericano Christopher Bollas es La sombra del objeto (1987/2019). En éste, presenta un mecanismo que denomina introyección extractiva, en el cual “(…) una persona sustrae por cierto lapso un elemento de la vida psíquica de otro individuo” (Bollas, 1987/2019, p. 193). Entonces, la persona que usurpa un aspecto del otro se apropia de éste, dejando al sujeto “(…) anestesiado e incapaz de recuperar la parte sustraída del self” (Bollas, 1987/2019, p. 193).
Bollas (1987/2019) observa que las diversas funciones necesarias para la vida cotidiana suelen dividirse dentro de los grupos humanos: cierta persona es la que aligera las cosas cuando se ponen tensas (por ejemplo, la madre que calma el miedo de los niños ante una situación adversa). Otra es la que toma decisiones más firmes (un padre que muestra asertividad y plantea una estrategia para mejorar la situación de la familia ante un percance). Alguno más tiende a ser quien expresa aquello que no está funcionando de modo adecuado (los hijos pueden ser los que señalen que tal o cual circunstancia está causando problemas; por ejemplo, que el abuelo se ve decaído, ya no tan vigoroso y despierto como antes, etc.). El autor llama a esto mutualidad, y corresponde a las relaciones sanas, pues todos participan de acuerdo con sus capacidades e intereses.
En la introyección extractiva, como se vio en la cita anterior, esto no ocurre, ya que uno de los miembros ocupa funciones que corresponden a otros, impidiendo su expresión y desempeño. Pone el siguiente ejemplo, común en la vida familiar con hijos pequeños: el niño intenta agarrar su vaso con leche, pero al hacerlo lo derrama. De inmediato, el padre se consterna, reclama y enfatiza la torpeza del hijo. De esta manera, se vuelve el dueño de la capacidad para consternarse, criticar y notar la torpeza. El niño se siente tonto, pero ya no puede procesar el hecho y aprender de éste, en tanto el padre aparece como el único capaz de registrarlo.
En un ejemplo relacionado con el juego, cada vez que el niño (B) inicia una acción espontánea, ésta es obstruida con la acción o reglas paternas:
(…) acaso B siga jugando, pero un sentimiento de espontaneidad sufrirá menoscabo, y será reemplazado por una expectativa de las reglas del otro jugador. Si cada vez que B, llevado por su espontaneidad, se pone juguetón, la madre o padre se apropian del juego y lo adornan con su propio ‘juego’, el niño llegará a experimentar una extracción de ese elemento de sí: su aptitud para jugar”. (Bollas, 1987/2019, p. 195)
Esto lo podemos ver cuando alguien corrige a otro mientras habla, completa sus frases, narra las experiencias que sólo pertenecen al otro, es el intérprete que va a decir a todos algo relacionado con el otro (aunque éste se encuentre presente) o actúa como el analista que es el único que sabe, etc. Son personas que aparentemente necesitan abarcar, sin dejar espacio para el desarrollo ajeno. Señala Bollas (1987/2019) que el resultado es el vaciamiento, la oquedad y el abatimiento, como si se tratase de un ataque vampírico.
En este sentido, es como si la persona que extrae las funciones del otro supone que éste no es capaz de ejercerlas y por eso las asume como propias: “Te voy a decir qué hacer”, “es importante que camines con cuidado”, “este juego se resuelve así”, “no olvides llevar tu proyecto escolar”. Podemos pensar que quizá el padre está identificando proyectivamente sus aspectos torpes, ignorantes e irresponsables en el hijo a la vez que usurpa la capacidad reflexiva. De cualquier forma, el menor queda empobrecido en su capacidad para percibir y comprender su lugar en el mundo, y quizá más adelante necesite guiarse por lo que otros dicen o hacen. En términos de violencia, esta situación limita el crecimiento personal; el otro se impone de modo egoísta y fomenta a futuro una personalidad dependiente, inhibida y probablemente resentida.
Para saber más de éste y otros temas relacionados con la violencia, te invito al Curso corto “La violencia en los vínculos humanos: familia, trabajo y sociedad”, a iniciar en agosto.
Referencias:
Bollas, C. (2019). La introyección extractiva. En La sombra del objeto. Amorrortu (Obra original publicada en 1987).