Actualización de las escuelas psicoanalíticas en la formación del doctorado

Por Nadezda Berjón M.

 

Si tienes formación psicoanalítica, seguro has notado que editoriales como Routledge, Karnac, Biebel o Paidós publican cada mes decenas de libros con temas de nuestra área. ¿Por qué no basta con la obra de Sigmund Freud, Melanie Klein o Jacques Lacan? Definitivamente, dichos textos son esenciales para los desarrollos posteriores, y conviene estudiarlos y leerlos una y otra vez, pues cada lectura trae a la luz nuevos elementos para escuchar y repensar la psique. Sin embargo, la mente humana es un universo incognoscible en su totalidad. Los investigadores posteriores a Freud (hasta los actuales) se esfuerzan por comprender los diversos fenómenos clínicos y psicopatológicos, las diferentes etapas de vida, los traumas y las vivencias comunes, así como el sufrimiento y el placer. Por ello, combinan modelos teóricos, los actualizan, discuten y amplían.

 

El Doctorado en Clínica Psicoanalítica de Centro Eleia enseña a exceder las fronteras de los clásicos, mientras destaca la relevancia y vigencia de su estudio. El psicoanálisis es un cuerpo teórico vivo, dinámico, que se desarrolla y cambia de acuerdo con los avances en la investigación sobre la mente humana. Esta trayectoria es la que se trata de estudiar y comprender en el programa del doctorado.

 

En la asignatura Franceses Contemporáneos, se tiene la oportunidad de revisar y estudiar el proceso histórico del psicoanálisis en Francia, con las rupturas en las sociedades psicoanalíticas producidas por Lacan, y el ensamblaje y las posturas sobre la teoría de la técnica que, hoy en día, se practica en la clínica de estos psicoanalistas. Por ejemplo, se profundiza en los escritos de André Green, cuyas aportaciones al trabajo con pacientes graves (denominados como no-neuróticos) asisten en la comprensión de fenómenos como la desvitalización y el narcisismo de muerte. Este autor retoma la pulsión de muerte para su modelo, aportación freudiana que ha resultado controversial. De esta manera, se accede al estudio de la escuela francesa contemporánea. Dana Birksted-Breen y Sara Flanders (2010) recopilan dichos trabajos en Reading French Psychoanalysis, cuya lectura se fortalece cuando es guiada por un docente de gran experiencia.

 

En otra línea, uno de los grupos posfreudianos de los inicios del psicoanálisis fue el de los Psicólogos del yo, que inicia con Anna Freud en Londres y Heinz Hartmann en Nueva York. El interés de dicha postura era, entre otros, enfatizar las funciones y cualidades del yo, y sus avatares en la solución o defensa ante los conflictos psíquicos. ¿Cuál es la actualidad de dicha vertiente, si su declive empezó en los años 70 con el auge de las teorías del déficit (como la Psicología del self de Kohut) y de los modelos relacionales e intersubjetivos (Mitchell y Stolorow, respectivamente)? En el doctorado, la materia Escuela Americana se enfoca en revisar la actualización de conceptos, tales como alianza terapéutica, simbiosis o self, centrales para los grupos teóricos mencionados. Por ejemplo, Fred Busch (2014) toma muy en serio el trabajo clínico, con base en lo que el yo del paciente pueda entender, y no tanto en la sofisticación de las interpretaciones elaboradas por el analista. El autor sigue pensando en términos de sexualidad infantil, pero enfocado en el fortalecimiento de la capacidad para asimilar el material hasta ahora reprimido.

 

Esto mismo sucede con el grupo kleiniano del siglo pasado y los kleinianos contemporáneos. Los aportes de Melanie Klein inspiraron directamente a decenas de psicoanalistas en Inglaterra (no necesariamente ingleses, sino que viajaban a Londres para escucharla y aprender de ella) que, a su vez, transmitieron sus conocimientos, sumando sus propias experiencias clínicas. Sus textos —como Envidia y gratitud (1957)— son reinterpretados, puestos otra vez en la mira para pensar su relevancia en el consultorio. John Steiner y Edna O’Shaughnessy, por ejemplo, psicoanalistas actuales de este grupo, en sus clases permiten una visita al pasado, pero con una visión clínica del siglo XXI.

 

El análisis de la técnica y clínica lacaniana contemporánea, en el programa de doctorado, es muy puntual. Se realiza con la intención de que el alumnado pueda trasladar al consultorio los conceptos claves de mayor vigencia. Este es el caso de, por ejemplo, el énfasis que Lacan coloca en el lenguaje, al que considera portador de sentidos, camino al inconsciente, y que marca la relación con el deseo del otro (como sucede en las identificaciones que conforman al yo).

 

Por último, es pertinente subrayar que, una vez recorrido el plan de estudios del doctorado, se conserva un modelo de trabajo de investigación, a través de la identificación con los docentes, que permite un continuo ir más allá, indispensable para el trabajo clínico serio.

 

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