Arte, cuerpo y enfermedad

Por Ana Livier Govea

Con el paso del tiempo, hombres y mujeres se han tornado humildes al verse acosados por alguna enfermedad física, por dolores del cuerpo o por la situación precaria de su estado de salud. Claro ejemplo es el de diversos artistas que han padecido los embates de la fiebre, deformaciones óseas, enfermedades autoinmunes, afecciones de la piel, asma, tumores, o bien, enfermedades misteriosas, corrosivas y mortales, que parecen surgir “sin causa alguna”, pero que enraízan silenciosamente en las más profundas ramificaciones, al interior de la piel.  

 

Thomas Mann sostiene que hay una gran relación entre la enfermedad y la creación artística y afirma que los grandes artistas son grandes inválidos. Sobre esta idea, entender al artista y los padecimientos de su cuerpo es un asunto relevante, en tanto comprendamos que la biografía del autor difícilmente se puede deslindar de sus producciones artísticas. Por ejemplo, debido a un asma rampante, Antonio Vivaldi truncó su carrera como ministro para, después, ser ordenado sacerdote, pero frente a la imposibilidad de oficiar misa, se convirtió en maestro de capilla y, posteriormente, en director de orquesta. El resto es historia.

 

Otro ejemplo puede ser Robert Schumann, cuyos lamentos se hacían evidentes en sus íntimas correspondencias. Él tuvo que abandonar su carrera como concertista debido a una grave afección articular que le paralizó los dedos. Le decía a su madre: “No te preocupes por mis dedos, puedo componer sin ellos” (1830/2012).

 

Ahora bien, en cuanto a los increpantes dolores articulares, los padecimientos del cuerpo y sus concomitantes repercusiones en la historia del arte, encontramos a otro artista de preponderante importancia en el mundo de las artes plásticas: Pierre-Auguste Renoir, el cual, con su característico estilo pictórico, lleno de color en tonos festivos y motivos decorativos optimistas, nos convoca a la gentileza del trazo en el lienzo. Un lienzo que despide ternura y nos invita a adentrarnos en aquellos apacibles ambientes íntimos y tranquilos. Sin embargo, desde otra perspectiva, la vida de Renoir no fue ni dulce, ni apacible. Este autor comenzó a padecer una agónica artritis reumatoide que lo sometía a indescriptibles dolores articulares, sobre todo en las manos. Le realizaron intervenciones quirúrgicas en ambas rodillas, en un pie e incluso en una mano, como intento de aliviar y corregir las implicaciones deformantes de esta condición de salud, la cual, progresivamente, se volvió precaria.

 

Renoir pesaba alrededor de cuarenta y siete kilos. La artritis deformante le trajo, entre otras cosas, la dificultad para poder sentarse y mantener la movilidad; al final, quedó recluido en su silla de ruedas y sus manos quedaron tan deformadas parecían garras al tratar de sostener un pincel. Sin embargo, pese a su dolorosa y penosa enfermedad, no dejó de pintar ni un solo instante, hasta los últimos días de su vida.

 

Fue un hombre abatido por grandes impactos emocionales como, por ejemplo, los estragos vividos en la Primera Guerra Mundial. El gran pintor habitaba dentro de ese cuerpo ensombrecido por una enfermedad crónica insidiosa y limitante.

 

La artritis reumatoide es un padecimiento inflamatorio del tejido. Tiene una etiología desconocida, aunque, recientemente, se le ha relacionado con problemas del sistema inmunológico. Desde esta perspectiva, la medicina psicosomática tiene algo que aportar. De manera particular, la teorización de Pierre Marty.

 

Marty fue un psicoanalista que propuso una explicación sobre los padecimientos del cuerpo y su relación con el mundo psíquico. Considera que el paciente psicosomático es aquel que padece una “mentalización insuficiente”, es decir, que presenta dificultad para la simbolización. De igual manera, observa que este tipo de pacientes poseen una forma peculiar de pensamiento, al que llamó “operatorio”, y que padecen un tipo particular de depresión, a la cual llamó “depresión esencial”. Dicha depresión se expresa de manera “silenciosa” y la acompañan afecciones físicas.

 

Ahora bien, desde una perspectiva médica, es importante destacar que “para que se califique actualmente de ‘psicosomática’ a una dolencia, suele ser que la semiología no haya permitido atribuirle una etiología orgánica o biológica exhaustiva, clara y suficientemente específica para ser reconocida como explicación científica válida y completa” (Courel, 1996, p. 17). En fechas recientes, el incremento de las consultas derivadas de sintomatología asociada a los “trastornos psicosomáticos” ha convertido este malestar en uno de los motivos de consulta más frecuentes, así como en el conjunto de síntomas con mayor recurrencia, asociados a situaciones emocionales.

 

Frente a los vacíos y dificultades existentes en la medicina para poder comprender la “enfermedad psicosomática” como una manifestación que refleja un malestar cuyos orígenes se encuentran en la vida psíquica, se ha tenido que intervenir desde una mirada mucho más sensible y pertinaz. En este sentido, el psicoanálisis tiene mucho que aportar, ya que entender las enfermedades psicosomáticas como fenómenos psíquicos amplía las nociones de salud y enfermedad, pues no solo trasciende el enfoque biologista, sino que posiciona a la salud como una construcción de la vivencia subjetiva.

Conoce más del diplomado «El mundo de las emociones y los padecimientos del cuerpo. Lo psicosomático» que inicia el 21 de abril. 

 

Referencias:

 

Sandblom, P. (1995). Enfermedad y creación. Cómo influye la enfermedad en la literatura, la pintura y la música. Fondo de cultura económica.

 

Vives Rocabert, J. (2018).    Eros y Thánatos en pintura. Vida y obra de Pierre-Auguste Renoir. Cuadernos de psicoanálisis, 51(3 y 4), pp. 106-133.

 

Vargas Caselles, A. L. y Fernández Ávila, D. C. (2018). Renoir y la artritis reumatoidea. Revista argentina de reumatología, 29(2), pp. 61-63.

 

Vargas Araya, P. (2013). Las enfermedades psicosomáticas y el malestar emocional de los(as) estudiantes de la Sede del Atlántico, Universidad de Costa Rica. Revista de las Sedes Regionales, 14(28), pp. 5-24.

 

Kowalski, E. y Chung, K. C. (2012). Impairment and Disability: Renoir’s Adaptive Coping Strategies against Rheumatoid Arthritis. Hand, 7(4), pp. 357-363.

 

Schumann, R. (2012). Carta a su madre. En Efemérides Musicales. (Obra publicada en 1830). https://efemeridesdelamusica.blogspot.com/2012/06/robert-schumann.html#:~:text=%E2%80%9CNo%20te%20preocupes%20por%20mis,muy%20personales%20y%20poco%20convencionales.

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