Por Mayte De Atela

Los que nos dedicamos al campo de la psicología sabemos que, al momento de elegir esta carrera, surgen varias interrogantes relacionadas con el hecho de si será posible que nos logremos mantener económicamente o si terminaremos trabajando en cualquier otra cosa que no tendrá nada que ver con la psicología.

Nos enfrentamos de forma constante a diferentes estereotipos sobre cuál es el campo de trabajo para nosotros. Es bastante común que, cuando hablamos de estudiar esta carrera, lo primero que nos venga a la mente sea la imagen del psicólogo caricaturizado de las películas de Hollywood, que se limita a decir: “Y eso, ¿cómo te hizo sentir?”, mientras observa cuidadosamente al paciente que tiene frente a él. Otro de los escenarios en los que solemos imaginarnos a un psicólogo es en el ámbito corporativo, calificando pruebas psicométricas y siendo infeliz en su trabajo, ya que tiene esta idea de que el psicólogo solamente atiende pacientes.  Todo esto no podría estar más alejado de la realidad. Si bien, es cierto que puede trabajar en los campos descritos anteriormente, suele tenerse esta visión limitada y errónea de lo que hace un psicólogo.

La carrera en Psicología es muy noble, pues nos permite desempeñarnos en distintos campos, como puede ser el clínico, el laboral, el educativo, el hospitalario, e incluso la investigación, entre un largo etcétera. La razón por la que esto es posible tiene que ver con su objeto de estudio, que es (dicho de manera muy simple) el comportamiento humano.

Algunos de los lugares donde puede desempeñarse profesionalmente y la manera en que puede hacerlo son:

– El campo clínico. El psicólogo se enfocará en estudiar el comportamiento y la relación que hay entre la conducta y las emociones del paciente, a quien tendrá enfrente. El tipo de intervención que realizará se modificará, a partir del enfoque terapéutico que practique. Sin embargo, podemos decir que, de manera general, los diferentes enfoques buscarán que la persona pueda conocerse de mejor manera, lo cual tendrá un impacto en su vida diaria.

– El campo laboral. El psicólogo podrá entender el comportamiento de la organización, diseñar planes de capacitación, definir el tipo de perfiles que requieren las áreas, entre muchas otras actividades, las cuales irán enfocadas a beneficiar al factor humano dentro de la compañía.

– El campo hospitalario. El psicólogo jugará un rol de suma relevancia, desde la contención y acompañamiento emocional a pacientes que están experimentando alguna dificultad de salud, hasta contribuir en el apego al tratamiento médico, al descubrir aquellas emociones y motivaciones que se juegan en la mente de los pacientes a la hora de recibir algún diagnóstico.

– El campo educativo. El psicólogo buscará comprender el comportamiento de los estudiantes, identificando el ciclo de vida en el que se encuentran, los aprendizajes que deberían adquirir en ese momento y los factores que podrían impedir que lo logren.

Existen muchos otros espacios en los que puede desempeñarse de manera profesional, como clínicas, centros de rehabilitación, escuelas de educación especial, juzgados, ministerios públicos, etcétera. Cabe aclarar que, incluso dentro de estos campos laborales, se requerirá de psicólogos con una especialidad y enfoques diversos; por ejemplo, cada día es más frecuente escuchar que dentro de las organizaciones se han incorporado psicólogos que trabajan desde la parte clínica, brindado atención emocional a los empleados.

Cómo hemos visto, esta figura tiene un abanico muy amplio de opciones sobre lo que puede hacer, los lugares en los que puede trabajar y las actividades que puede desempeñar, rompiendo con el mito de que el psicólogo “se muere de hambre”, que solo puede trabajar atendiendo pacientes o que terminará trabajando en algo que difiere por completo de lo que estudió.

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