Los sueños. Perspectivas clínicas contemporáneas
Por Elena Ortiz y Denise Block
Desde la antigüedad, los sueños y sus enigmáticas cualidades generaron interés y fascinación en el ser humano. En cada civilización, época y religión existen distintas formas de interpretarlos y comprenderlos, así como infinitas maneras de expresarlos a través del arte, la poesía, la filosofía y la literatura. Historiadores y antropólogos estudian libros sobre los sueños, provenientes de culturas como la egipcia o la mesopotámica, y observan cómo, a lo largo de la historia, se le asignó a lo onírico poderes mágicos, premonitorios y proféticos. Los sueños son universales y lo que cambia con los años son los marcos conceptuales que determinan su percepción y comprensión (Pick y Roper, 2004).
En buena medida, el psicoanálisis se inaugura con el estudio de los sueños. La interpretación de los sueños (Traumdeutung), obra publicada por Sigmund Freud en 1900, les confiere un estatuto científico, donde se muestra que tienen significado y poseen sentidos altamente personales e íntimos. Freud ofrece un método para estudiarlos y comprende que los principios que rigen lo onírico son distintos a los de la conciencia (Ortiz, 2019). El psicoanálisis extrajo a los sueños del terreno de la superstición y de la mística (González, 2003).
Por su parte, Melanie Klein propuso un modelo muy interesante en el que imaginó la mente como un espacio poblado por distintos objetos internos que se relacionan entre sí; de esta interacción, surgen fantasías y guiones emocionales que colorean la manera en que cada persona se percibe a sí misma y a la vida. Para Klein, la vida mental transcurre en dos mundos: el externo y el interno, siendo este último el que determina la percepción del primero. Desde esta óptica, el sueño se piensa como la puesta en escena de los libretos emocionales, como una expresión total de la personalidad, y no únicamente como el resultado de conflictos y deseos reprimidos (Ortiz, 2019).
Durante varias décadas en el desarrollo de la disciplina psicoanalítica, los sueños conservaron un lugar relevante en el estudio del psiquismo, pero sin que existiera una evolución en la forma en que son comprendidos. Fue hasta avanzados los años sesenta cuando surgieron ideas realmente innovadoras con respecto a la teoría de los sueños (Grassano y cols., 1991).
Uno de los momentos significativos ocurrió en 1976, en un congreso de psicoanálisis en Londres dedicado a los sueños. En dicho evento, se presentaron posturas que consideraron al sueño como un proceso creativo en sí mismo y no como una formación más del inconsciente. Se planteó un cambio a nivel epistemológico y un viraje de paradigma, que se gestó gracias a las ideas de autores como Michael Balint, Donald Winnicott y Wilfred Bion. Todos ellos fueron fuente de influencia e inspiración para la producción teórica de otros pensadores como Masud Khan, Ralph Greenson, André Green y Donald Meltzer, entre otros (Ortiz, 2019).
Lo que estos teóricos tienen en común es que se interesan por la experiencia misma del soñar, por los procesos creativos involucrados en la construcción onírica y el espacio mental en el que se lleva a cabo. Khan, por ejemplo, pensó que los sueños constituyen un espacio psicológico, en el que se pueden organizar nuevas experiencias. Greenson, alejándose de la psicología del yo, se interesó por el diálogo interno que se lleva a cabo dentro de uno mismo en la experiencia del soñar. Meltzer, inspirado por la tradición kleiniana y las ideas de Bion, pensó la mente como un espacio interno, con una realidad psíquica particular, y como un teatro generador de significados, postura que revolucionó el modo de entender los sueños hasta el momento. Estas ideas ampliaron la concepción psicoanalítica de la vida onírica y la técnica para trabajar con ella.
El interés freudiano por descifrar dicho contenido da paso a otras ponderaciones; se presta más atención a la función del sueño (Segal, 1999, en Pick y Roper, 2004), a la intención del paciente al relatarlo (Meltzer, 1983/1987), al momento (transferencial) del análisis en que se presenta el sueño, a las formas del relato onírico, a la actitud del soñante frente a su sueño, a los procesos de pensamiento y simbolización implícitos en su creación y a los movimientos de integración o desintegración que estos provocan en relación a las partes del self (Quinodoz, 2002), entre otros.
En el Encuentro Los sueños. Perspectivas clínicas contemporáneas, nos interesa transmitir el vital desarrollo que la teoría de los sueños tiene en el psicoanálisis actual y mostrar cómo las consecuencias técnicas de estos avances son fundamentales en el quehacer clínico con los pacientes. Ejemplificaremos ampliamente la aproximación contemporánea a los sueños y mostraremos las dificultades más comunes que impiden que estos fluyan adecuadamente y sean trabajados en el consultorio.
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Referencias
Bleichmar, N. y Leiberman, C. (2001). Las perspectivas del psicoanálisis. Paidós.
González, M. (2003). El sueño: ¿un texto por descifrar? Sexualidad femenina y psicoanálisis. Editores de Textos Mexicanos.
Grassano, E., Dvoskin, S., Kosak, A. M., Mascheroni, S., Nudelman, M., Soler, S. y Tula, R. (1991). El escenario del sueño. Paidós.
Meltzer, D. (1987). Vida Onírica. Una revisión de la técnica psicoanalítica. Tecnipublicaciones. (Obra original publicada en 1983).
Ortiz, E. (2019). Donald Meltzer, vida onírica: Sueños, mente y pensamiento. [Vers. Kindle]. Analytiké.
Pick, D. y Roper, L. (eds.). (2004). Psychoanalysis, dreams, history: An interview with Hanna Segal. Dreams and History. The Interpretation of Dreams from Ancient Greece to Modern Psychoanalysis. Brunner Routledge.
Quinodoz, J. M. (2002). Sueños que le dan vuelta a la página. Routledge.