Nota Invitación a las Jornadas Eleia 2015

La depresión, en demanda de una mejor comprensión

psicoanalítica y mejores respuestas en su tratamiento clínico.

Invitación a las Jornadas Eleia 2015

Por Yolanda del Valle

La separación del objeto amado provoca sufrimiento y una serie de reacciones específicas que bien pueden llegar a constituir un duelo. La separación y el duelo pueden manifestarse en formas muy diferentes, tener orígenes distintos y ambos pueden acompañarse de depresión.

Desde la época clásica se ha relacionado a la depresión con la pérdida del objeto amado, lo que ocasiona dolor, resentimiento, desinterés generalizado y una involución paulatina que intenta el aislamiento.

Durante siglos se ha sostenido una búsqueda sin tregua para su solución. A partir de diferentes conjeturas se han llevado a cabo investigaciones y trabajos clínicos para tratarla; ya sea desde el mundo médico, psiquiátrico, psicológico o psicoanalítico; con el objetivo de abatir este padecimiento. No obstante, los resultados son exiguos, muy por debajo del esfuerzo desplegado.

Veintiséis siglos después de su reconocimiento, la Organización Mundial de la Salud considera que la depresión ocupa el lugar más destacado entre los problemas mentales; hecho que confirmamos en la práctica cotidiana del consultorio.

Separación, duelo y depresión, son experiencias relacionadas entre sí que dan lugar a una enorme cantidad de propuestas psicoanalíticas, por su impacto en la vida mental y su frecuente manifestación. Sus significados y manifestaciones son tan variados como lo son las historias y las características de aquellos que las padecen.

Sin embargo, como la depresión es compañera forzosa para la mayoría de los padecimientos psíquicos, existe el peligro de convertirla en cajón de sastre. Al hacer un diagnóstico, es muy común declarar que uno u otro paciente es “depresivo” y la razón es que existe en él una depresión. Pero, el hecho de que se manifieste una depresión, no equivale específicamente a un trastorno depresivo, ya que puede ser un elemento más de un cuadro distinto.

Una situación tan graciosa como descriptiva del punto mencionado, sucedió en una escuela a la hora del recreo, mientras tres alumnas de seis años discutían, hasta que una de ellas jaló a otra diciéndole: “¡Ya déjala, no le hagas caso! ¡Es una bipolar!”.

A menudo llegan al consultorio pacientes que han sido tratados como melancólicos, depresivos o bipolares, presentándose a sí mismos con esos términos. No obstante, uno no tarda mucho en observar que se trata de un trastorno de índole diferente. Sucede que existe un núcleo depresivo insoslayable y casi imposible de superar en cualquier trastorno mental grave, lo que puede obrar como una señal engañosa cuando intentamos entender la estructura y el trastorno del paciente. Esto, entre otras muchas razones, obliga a entender la clínica psicoanalítica como una cuestión que va mucho más allá del diagnóstico, de lo manifiesto, de lo externo observable, de lo que es consciente para el paciente e, incluso, de lo conocido por las diferentes ciencias, ya que debe existir siempre una interrogante, un vacío de conocimiento abierto siempre a nuevas respuestas. La clínica psicoanalítica tiene que ver con la complejidad y con la distinción de los matices más finos y los aspectos más delicados de la textura que observamos desde la escucha y la interacción transferencial.

Por otra parte, algunos cuadros requieren de una total precisión antes de iniciar su tratamiento, como sucede con el masoquismo, que si bien comparte varias características con la depresión, su naturaleza de fondo es muy distinta. Por esta razón, la interpretación en uno y otro caso puede resultar arriesgada si se confunden.

El dolor por la falta y la sensación de vacío que suponen las separaciones, los duelos y la depresión, es un componente ineludible de la condición humana. Precisamente por esta razón, se hace indispensable lograr un entendimiento de mayor profundidad que nos permita reconocer cuándo las respuestas del paciente se vinculan con la vida y cuándo prevalecen sus elementos destructivos.

Además de las tesis, las publicaciones y la difusión en diferentes medios a lo largo de los años, el Centro Eleia recientemente dedicó un diplomado para estos temas, del que estuvo a cargo la Dra. Catherine Goetschy. Ahora, en las Jornadas que tendrán lugar el próximo 5 y 6 de junio, pretendemos dar a conocer lo más reciente y destacado de las investigaciones y el trabajo clínico acerca de la depresión, la separación y el duelo, partiendo de las diferentes corrientes psicoanalíticas, con la intención de exponer nuevas herramientas para la práctica clínica, así como propuestas teóricas y las rutas que actualmente sigue la técnica psicoanalítica para la atención de estos problemas.

Consulta aquí el programa y cómo inscribirse en las Jornadas: https://www.centroeleia.edu.mx/cursos-de-psicologia-jornadas-clinicas

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