Se requiere fortaleza para tolerar la pandemia: estudia y progresa en tu formación profesional
Por Mariana Castillo
Tres meses atrás no podíamos ni imaginar el mundo en el que vivimos ahora. La pandemia se ha instalado con toda su potencia y nos ha obligado a dejar atrás nuestra vida habitual. En un inicio, las noticias hablaban de una situación temporal tras la cual, pasadas algunas semanas, podríamos retomar las salidas a la calle, las comidas con la familia, las reuniones con los amigos, las idas a la escuela y al trabajo… En fin, alentados por esa idea nos aventuramos en un proceso de adaptación que en ese momento pensamos sería transitorio.
Hoy en día nadie sabe con seguridad cuánto durará esta nueva realidad y nos encontramos avanzando un tanto a ciegas. El panorama cambia día con día y la situación actual indica que el plazo inicial de confinamiento y crisis fue enormemente subestimado. Lo único que sabemos con certeza es que esto será un proceso largo y que el regreso a la vida ‘normal’ no será de un día para otro. ¿O será que habrá que aceptar que esta es nuestra nueva cotidianeidad?
Sabemos por los profesionales de la salud que desarrollar un tratamiento y una vacuna efectivos a los que la mayoría de la población tenga acceso requiere de procedimientos complejos y nada rápidos. También sabemos que no contamos con la suficiente información para determinar si el virus SARS-CoV-2 desaparecerá o si tendremos que habituarnos a él. Esto nos coloca es una situación inédita en la historia contemporánea, por lo que tendremos que tolerar con fortaleza el temor y la incertidumbre, y echar mano de todos los recursos a nuestra disposición para lograr sobreponernos a la crisis.
Ya no es posible pensar que podemos hacer una pausa y esperar a que la pandemia ceda para continuar con nuestros planes de vida. Por el contrario, todo apunta a que conviene más aceptar que esta es la realidad y tomar las medidas necesarias para reactivar la vida cotidiana y la economía.
Pero ¿cómo podemos hacerle frente a un enemigo invisible que ha generado un estado de cosas completamente desconocido? ¿Cómo conseguir no ser presas del pánico ante la inseguridad?
Una forma de enfrentar la adversidad es generando pensamientos e ideas que le den significado a lo que estamos viviendo, en lugar de solo seguir una rutina en modo de sobrevivencia. En los ámbitos de la docencia y de la salud mental, por ejemplo, vemos cómo los profesionales buscan espacios para ejercer, escriben artículos, dan conferencias, se unen a grupos de estudio o incluso participan en pláticas informales en las que discuten las alternativas, estrategias, angustias y retos que la realidad de la pandemia nos impone.
La cuarentena también nos ofrece una excelente oportunidad de invertir nuestro tiempo en algo que pueda ser provechoso para nuestra formación profesional. Y es que las circunstancias actuales han llevado a un vertiginoso desarrollo de las estrategias y herramientas educativas que ahora permiten iniciar una licenciatura, una maestría o un diplomado en línea con la seguridad que será un aporte valioso para nuestro crecimiento personal.
Asimilar el cambio requiere de estudio, de intercambio de ideas y de espacios en los que podamos poner en práctica nuestra creatividad. En mi caso personal, no me imaginaba dando clases enfrente de una pantalla, atendiendo pacientes vía telefónica y extrañando la calidez del aula y del consultorio. Aunque también es cierto que con el actual desarrollo del mundo digital tenemos la enorme fortuna de contar con una gran oferta de herramientas virtuales que nos permiten estudiar, trabajar y mantener la cercanía con nuestros seres queridos a pesar de la distancia física impuesta.
Es verdad que muchos pensamos con nostalgia en el componente social de la experiencia de estudio, pero parte del proceso de aprendizaje en esta situación de aislamiento social consiste en reencontrar el valor profundo de las cosas, en desapegarnos de lo concreto y en pasar de lo superficial a lo esencial.
En Centro Eleia hemos pasado de las aulas a las plataformas digitales con una adaptación extraordinaria por parte de nuestros maestros y alumnos que ha asegurado la continuidad de los aspectos esenciales de la relación educativa. Hoy reafirmamos que lo importante no es el campus, la biblioteca, los pasillos, las bancas ni los pizarrones, sino el compromiso de todas las partes por mantener la cercanía y seguir ofreciendo clases y contenidos de calidad que ayunen a los estudiantes a ser profesionales comprometidos. Por mi parte, he de confesar que la experiencia de las clases virtuales me ha sido sorprendentemente grata. Pese a mis dudas iniciales, he descubierto que esta modalidad ha reforzado el trabajo bilateral de clase, en el sentido que los docentes nos hemos comprometido de forma unánime a mantener un buen nivel de clase y que nuestros alumnos (sacando lo mejor de las circunstancias adversas) han demostrado un nivel de compromiso incluso mayor al de antes, cuando las clases tenían lugar en los salones de nuestros planteles.
Todo esto no implica negar las dificultades. Sin duda es una situación nueva y complicada que genera distintas ansiedades en todos. Conscientes de ello, en Centro Eleia nos hemos asegurado de mantener contacto semanal con todos nuestros alumnos. Esto con la intención de escuchar sus inquietudes y de compartir con ellos las experiencias que sobre la marcha se van construyendo, hablando de los miedos y las dificultades, pero también de los espacios de crecimiento personal, de los aprendizajes y de lo positivo que queda de la experiencia de aislamiento.
Se requiere fortaleza para tolerar la pandemia: estudia y progresa en tu formación profesional
Es por ello que, si estás pensando en retomar o continuar con tu formación profesional, Centro Eleia es una excelente opción para hacerlo. No solo contamos con una plataforma de educación a distancia ágil y efectiva, sino que esta se nutre de la excelencia de nuestro grupo docente que, aun a la distancia, logra mantener la calidez y cercanía que nos caracteriza.