¿Debo postergar mis estudios solo porque se imparten en línea?
Por Patricia Bolaños
La crisis sanitaria a la que enfrentamos, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial, ha transformado gran parte de nuestra vida cotidiana. Desde mediados de marzo, ya nada es igual. No lo es la manera como nos comunicamos, ni el modo en que trabajamos, ni mucho menos la forma como estudiamos.
Poco antes del descanso de Semana Santa, las aulas se volvieron virtuales. El lugar de estudio dejó de ser el espacio físico del colegio para trasladarse a cada uno de nuestros hogares. Desde preescolar hasta universidad, los salones de clase cerraron sus puertas y quedaron vacíos.
En distintas formas, este cambio ha implicado un desafío para todos. Profesores, alumnos y padres de familia han tenido que adaptarse rápidamente a una nueva forma de enseñanza y aprendizaje. Por fortuna, la experiencia se ha ido transformando con el paso de los meses. Si en las primeras semanas era común escuchar que los alumnos tenían dificultades para concentrarse, que los profesores se esforzaban por encontrar contenidos adecuados para la nueva modalidad en línea y que los padres luchaban por combinar su propio trabajo con las tareas y las clases virtuales de sus hijos, ahora pareciera que de a poco hemos encontrado cómo aprovechar la tecnología, que nos sentimos más productivos e involucrados en nuestras actividades, y que ha mejorado nuestra concentración y aprovechamiento.
¿Pero hasta cuándo vamos a regresar a la modalidad presencial?
No lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que, hasta que no se desarrolle una vacuna contra el SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19), no podremos regresar a lo que hacemos normalmente y seguirá siendo importante continuar acatando las medidas de cuidado recomendadas. Esto implica reconocer que a partir de ahora tendremos que adaptarnos a las actividades en línea para poder realizar y satisfacer muchas de nuestras tareas y necesidades cotidianas, y que las clases virtuales serán parte de esta llamada “nueva normalidad”.
Ante este escenario, muchos adolescentes que están por ingresar a la universidad se preguntan si no sería mejor postergar el inicio de sus estudios profesionales hasta que se pueda regresar a las aulas (físicas, entiéndase). Tal incertidumbre está relacionada con la concepción equivocada que las clases impartidas a través de plataformas virtuales carecen del toque humano, que no favorecen una atmósfera de grupo y que son deficientes, además de poco rigurosas, todo lo cual se traduce en un nivel académico pobre. Sin embargo, ¿es esto cierto?
En realidad, no. El clima de trabajo, el contacto emocional, el grado de compromiso, la calidad en la transmisión del conocimiento… todo esto recae sobre las personas que participan en el proceso de enseñanza y no depende de la plataforma en la que se imparten las clases. Son la experiencia, las capacidades didácticas y emocionales de los docentes las que les permiten transmitir sus conocimientos de forma exitosa, y no si enseñan en línea o de forma presencial. Es el interés de cada uno de los alumnos en su desarrollo personal y académico lo que los lleva al éxito escolar. Así como también son la seriedad y el compromiso de la institución educativa en la que se estudia los que garantizan una experiencia académica plena.
¿Debes, entonces, postergar tus estudios hasta que las clases sean presenciales? Bien, sin duda podrías poner en pausa tus planes académicos, pero debes ser consciente que esto puede afectar tu estado emocional y tu motivación por estudiar. Asimismo, no debes perder de vista que contar con proyectos y horarios, ser capaz de explorar tus intereses y tener la posibilidad de conocer nuevas personas favorecerá tu estado anímico y evitará que sientas que tu futuro también está en cuarentena.
Si decides seguir adelante, nada mejor que aprovechar las circunstancias para estudiar en una institución de primer nivel donde podrás aprender de la mano de profesores con enorme experiencia y gran calidad humana, quienes te ayudaran en esta nueva modalidad a seguir desarrollando tus estudios de forma exitosa.