¿Qué es el psicoanálisis?
Por Nadezda Berjón
El psicoanálisis tiene cerca de 12,000 miembros con formación oficial, más miles de institutos independientes. Tiene presencia en los países que conocieron al psicoanálisis desde sus inicios, tales como Austria, Inglaterra, Alemania, así como Italia y Francia. También, en aquellos a los que los europeos emigraron a causa de la Segunda Guerra Mundial, como Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos y Brasil. Hoy día abarca los cinco continentes, con práctica en India, China y Australia.
Es parodiado en el cine por directores como Woody Allen (véase Los secretos de Harry, EUA, 1997) y algunos de sus conceptos se usan en el lenguaje popular, como “muégano edípico”, que emplea Germán Dehesa en Cilantro y perejil (México, 1998), así como neurótico, superyoico, el significado de los sueños, los lapsus, lo oral.
Más cercano al arte que a la ciencia, el psicoanálisis es tomado por fe, dogma, cosa de hippies ricos, pero podemos decir que los que se aventuran a pasar ya sea por un diván o a tomar algún texto freudiano, conectan con un algo innombrable, pero colmado de sentido.
Sigmund Freud (1892-1899) se interesó en los problemas mentales en una época en la que se les consideraba originados por posesiones satánicas o afecciones orgánicas. Hasta ese momento, los médicos se agrupaban alrededor del sufriente para observarlo, pero no para ayudarlo. Freud fue el primero en considerar que las afecciones mentales tienen causa emocional, y por lo tanto pueden ser abordadas desde una terapéutica especial.
El psicoanálisis se considera una terapia que averigua sobre las causas (Bernstein, 2001). Para alcanzar tal fin, hizo falta desarrollar un método de tratamiento y una metapsicología (cuerpo teórico y clínico). El psicoanálisis es un método de investigación de los procesos mentales, una forma para tratar los diversos trastornos psíquicos y un cuerpo teórico de investigación (Freud, 1923).
A través del trabajo con más de 130 pacientes y a lo largo de décadas, Freud observa que la vida psíquica está en conflicto, los síntomas surgen de la batalla entre deseos que buscan satisfacerse, pero son rechazados desde el interior del neurótico. En su primera tópica, modelo topográfico, la lucha entre el deseo sexual infantil y la censura. En el segundo modelo, estructural, la negociación continua del yo entre deseos y mociones hostiles provenientes del ello, la instancia superyó que rechaza su expresión, la realidad como escenario.
El psicoanálisis considera fundamentalmente la presencia de una realidad psíquica sobre la real, y es mediante la comprensión de esta idiosincrasia particular de cada individuo que se lleva a cabo el trabajo analítico. Para Freud, el inconsciente está conformado por deseos y fantasías que los acompañan, los cuales pueden ser conscientes (ensoñaciones), preconscientes e inconscientes, como son las fantasías primordiales de orden filogenético.[1] En la teoría freudiana existen fantasías infantiles comunes a todos, que implican temas como la rivalidad, el deseo incestuoso, deseos agresivos de muerte, la curiosidad por el origen del nacimiento, celos, ansiedad de castración y otros (Espíndola, Ortiz, Toledo, Turrent, Bleichmar, 2011).
Por ejemplo, pensemos en situaciones muy comunes. Una persona quiere terminar la tesis y titularse, pero no puede concentrarse en escribirla; niños que temen a los payasos y no logran disfrutar el espectáculo dedicado a su cumpleaños; el deseo de embarazarse, pero la ansiedad que surge ante la idea de tener un bebé dentro del vientre; el querer viajar, pero el temor ante la idea de dejar la vida cotidiana; el saber que la jefa casada es la menos indicada para tener un vínculo amoroso, pero estar obsesionado con ella; o cuando se hace una comida familiar, pero la sensación es de imperfección y frustración, a pesar de que todo sale bien. En todas estas situaciones, hay algo que parece ilógico, va más allá del individuo y no puede cambiarlo, aunque quiera.
Hoy día el psicoanálisis se aborda desde múltiples perspectivas y enfoques. Por ejemplo, el trabajo con niños y adolescentes, con pacientes graves y no tan graves, familia y pareja, grupos. Asimismo, coexiste con tratamientos pedagógicos, farmacológicos y multidisciplinarios. Trabaja lo psicosomático, las llamadas neosexualidades (individuos que usan el sexo a modo de contención de angustias muy profundas), adicciones y trastornos de carácter (la forma de ser, persistente y molesta para los que rodean a la persona), entre otros. En síntesis, sigue siendo un método para conocer lo más personal de la propia mente.
Referencias
Bernstein, A. (2001). The Classical Parameters of Psychoanalytic Technique: A Review. En Mod. Psychoanal., 26:125-181.
Espíndola, G., Ortiz, E., Toledo, A., Turrent, G., y Bleichmar, N. (2011). Lo psíquico: fantasía, fantasma y realidad. México: Instituto Universitario Eleia.
Freud, S. (1892-1899). Fragmentos de la correspondencia con Fliess. En Obras completas, 1. Buenos Aires, Amorrortu, 2013.
Freud, S. (1923). El yo y el ello. En Obras completas, 19. Buenos Aires: Amorrortu 2013.
Roudinesco, E. (2016). Freud, en su tiempo y en el nuestro. México: Debate.
[1] También llamadas fantasías originarias, éstas no dependen de las experiencias de los individuos, sino que están determinadas biológicamente.