Las herramientas del psicólogo clínico

Por Natalia Ortiz Sanabria
La psicología clínica es, quizá, la rama más conocida de la psicología. En ella, encontramos muchas áreas por explorar y diversos intereses por descubrir. Nos permite comprender la personalidad de los individuos, evaluarla y describirla. Pero ¿cómo lo logramos? ¿Qué se necesita para que un psicólogo clínico pueda llevar a cabo esta tarea?
En la formación como psicólogos, es necesario echar a andar distintas herramientas que, a lo largo de la licenciatura, vamos conociendo y afianzando. Una de esas herramientas es la entrevista clínica. Etchegoyen (2014) nos habla de la importancia de esta técnica y nos brinda una guía sobre la posición que conviene mantener durante la entrevista. Menciona la idea de ser un observador participante, aquel que mantiene una actitud que lo reconoce en el campo como un interlocutor que no propone temas ni hace sugerencias. Si nos involucramos más allá de lo que nuestra posición de observador participante dicta, ya sea preguntando demasiado, brindando apoyo, expresando simpatía manifiesta, dando opiniones o hablando de nosotros mismos, corremos el riesgo de desvirtuar el sentido de la entrevista y convertirla en un diálogo formal o convencional. Cuando empezamos a realizar nuestras primeras entrevistas con pacientes, podemos estar tan ansiosos que, para disimularlo, solemos mantener una actitud distante, fría o muy seria, que, seguramente, poco ayudará en este primer contacto.
De la misma manera, durante esta entrevista, los psicólogos usamos otra herramienta básica: la observación. Prestamos atención a cómo el paciente llega a la entrevista: si es puntual, si llega antes o después de la hora señalada, cómo es su vestimenta, su forma de andar, su tono de voz y su lenguaje no verbal. Todo ello nos interesa, ya que nos transmite información sobre quién es esa persona. Por ejemplo; si lo encontramos desaliñado y, durante la entrevista nos va contando que se ha sentido triste las últimas semanas, quizá podemos hacer una hipótesis de que la persona se encuentra en un periodo de depresión tan importante que no ha podido hacerse cargo de su arreglo personal. Asimismo, entrenamos nuestra habilidad para escuchar la historia de la persona, logrando una comprensión profunda de lo que nos dice. Así, nosotros podemos empezar a formular algunas hipótesis acerca de lo que le puede estar sucediendo y pensar de qué forma le podemos ayudar.
Así pues, para complementar la información recabada en la entrevista y corroborar lo encontrado en ella, como psicólogos clínicos utilizamos las pruebas psicológicas, que son instrumentos estandarizados que se usan para evaluar las características de la personalidad, las habilidades cognitivas, las emociones, el comportamiento y otros aspectos psicológicos. Como se mencionaba arriba, si sospechamos que la persona atraviesa un periodo depresivo, también existen tests que miden rasgos depresivos y que nos pueden ayudar a conformar la posible hipótesis diagnóstica.
Una vez que tenemos toda esa información sobre la persona, integramos los hallazgos clínicos observados en la entrevista y los resultados que se obtengan de las pruebas psicológicas, haciendo una descripción de sus principales aspectos psicológicos, es decir, un diagnóstico hipotético. También podemos sugerir un posible tratamiento, es decir, determinar si es conveniente que la persona reciba un tratamiento psicoterapéutico bajo algún enfoque específico (cognitivo-conductual, humanista, psicoanalítico) o si es necesario que acuda a una valoración con un médico psiquiatra. De la misma manera, podemos establecer el pronóstico sobre la evolución de la persona en función de si sigue o no las observaciones del psicólogo clínico. Esta labor es de suma importancia, ya que ayudamos a la persona a conocerse mejor y, en algunos casos, sirve para la prevención y atención del padecimiento psicológico para que éste no se agudice.
En Centro Eleia, resulta esencial que los alumnos de la Licenciatura en Psicología desarrollen y fortalezcan todas estas herramientas por medio de prácticas en escenarios reales. Esto se hace en compañía de profesores que han dedicado muchos años a la profesión de la psicología clínica, para afianzar una formación de alta calidad académica.
Referencias:
Etchegoyen, H. (2014). Los fundamentos de la técnica psicoanalítica. Amorrortu Editores.