Objetivos, alcances y límites en el análisis

Por Laura De La Torre

El psicoanálisis es una teoría y un método terapéutico desarrollado por Sigmund Freud a principios del siglo XX. Si bien el joven Freud estudió en París con Jean-Martin Charcot, el método psicoanalítico se desligó e independizó de la terapéutica del médico francés que proponía la sugestión como método de intervención. Durante el desarrollo de su teoría, Freud define las diferencias entre el psicoanálisis y la sugestión. Describe que el primero es una terapia de descubrimiento que se enfoca en que el paciente entienda y saque a la luz sus propios conflictos internos, mientras que el segundo es una terapia de reemplazo que busca sustituir pensamientos o comportamientos negativos con otros más positivos, sin necesariamente explorar las causas subyacentes.

Jean Laplanche y Jean-Bertrand Pontalis ofrecen tres aspectos clave que nos puedan ayudar a entender la complejidad del psicoanálisis. Por un lado, proponen que es un método para investigar el inconsciente, una forma de tratamiento psicoterapéutico y un conjunto de teorías sobre la mente humana y su patología. Es así como el psicoanálisis como método de investigación buscará entender el significado oculto detrás de nuestras palabras, acciones, sueños, fantasías y hasta delirios. Para hacer esto, se utiliza principalmente la técnica de «asociación libre», en la cual una persona dice lo primero que se le venga a la mente sin censura. Esta técnica ayuda a revelar pensamientos y sentimientos inconscientes. Ahora bien, la investigación como herramienta terapéutica le permite al analista usar el método para poder interpretar las resistencias, la transferencia y los deseos inconscientes del paciente. Finalmente, el psicoanálisis es un conjunto de teorías sobre la mente humana y las patologías mentales. Estas teorías se desarrollaron a partir de los datos obtenidos mediante la investigación y el tratamiento psicoanalítico. Su construcción fue un ir y venir de la clínica a la teoría.

          En pocas palabras, podríamos decir que el objetivo del psicoanálisis es profundizar en la mente del paciente para descubrir las causas de sus problemas. La idea es que estos problemas ya son conocidos por el paciente a nivel inconsciente y que, al hacerlos conscientes, el paciente puede resolverlos. Por eso, Freud pensaba que el psicoanálisis es una terapia de «extracción» o expresiva, donde el paciente redescubre lo que está dentro de él o ella. Existen diversas modalidades de utilizar la comprensión psicoanalítica en el consultorio, pues no todos los pacientes son iguales. Con esto quiero decir que la edad, la capacidad cognitiva, la situación vital y el entorno pueden ayudar o entorpecer el tratamiento analítico.

Según algunos analistas contemporáneos, el psicoanálisis propiamente dicho es aquel que puede llevarse a cabo tres veces (o más) a la semana, toma la transferencia y su interpretación como eje de comprensión que permite una exploración profunda del inconsciente y apela por una reestructuración psíquica. Los pacientes con funcionamiento predominantemente neurótico son los que más pueden beneficiarse de este tipo de abordaje terapéutico. En el caso de los pacientes un poco más graves, la psicoterapia psicoanalítica podría ser más beneficiosa. Ésta se vale de la transferencia para explicar los conflictos interpersonales y suele realizarse dos o tres veces por semana. Además, la exploración inconsciente llega al nivel de los vínculos interpersonales y tiene como objetivo la comprensión de conflictos inconscientes. La eliminación del síntoma suele darse como efecto secundario de dicha comprensión. Por último, podríamos tomar en cuenta la psicoterapia de apoyo con una mirada psicoanalítica, pues toma en cuenta la transferencia, aunque no la interpreta y suele valerse de la transferencia positiva para alentar el enganche con el tratamiento. El analista que brinda esta última modalidad de tratamiento está advertido de las implicaciones a nivel fantasmático de sus intervenciones y tiene como objetivo ayudar al paciente a reforzar sus defensas para que pueda adaptarse a situaciones vitales críticas.

          Si bien sabemos que en esta profesión no hay manuales estandarizados, podemos decir que el límite de la exploración analítica está en manos de las habilidades y formación del analista, así como de la curiosidad e interés del paciente en explorar su mente. La invitación constante es robustecer los tres pilares de la formación: estudiar la teoría, explorar y afinar el propio aparato en el diván (lo que también se conoce como pasar por la purificación analítica) y buscar un espacio en el que un colega con mayor experiencia pueda brindar una mirada y pensar lo que ocurre en nuestra clínica diaria (conocido como supervisión).

 

Referencias:

Hinshelwood, R. (2013). Tratamientos psicoanalíticos ¿uno o muchos? En Revista de Psicoanálisis, 68. pp. 209-224.

Kernberg, O. (1999). Psychoanalysis, Psychoanalytic Psychotherapy and Supportive Psychotherapy. Contemporary Controversies. International Journal of Psychoanalysis. pp. 1075-1091.

Grotstein, J. (2009). Psychoanalysis and psychotherapy. But at the Same Time and On Another Level Psychoanalytic Theory and Technique in Klnian/Bionian Mode (Vol. 1. pp. 18-23). Routledge.

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