Sobre la supervisión psicoanalítica

Por Ana María Wiener y Denise Block

El análisis personal es una de las garantías más sólidas del buen desempeño como especialistas de la salud. Cuanto más profundos y exitosos sean sus resultados, más seguro se sentirá el analista para el ejercicio de su profesión. Sin embargo, sus efectos no son perfectos ni es un tratamiento eterno. Por este motivo, el ejercicio continuo y periódico de la supervisión, como auxiliar en la práctica clínica, resulta muy enriquecedor y necesario, sin importar el nivel de experiencia que se tenga. La supervisión implica, en cierto sentido, un ejercicio de enseñanza, aprendizaje y reflexión, en el que ambas partes resultan beneficiadas; además, conforma uno de los pilares fundamentales del entrenamiento psicoanalítico para ser lo más efectivo posible como psicoterapeuta o psicoanalista.

Puede llevarse a cabo tanto de manera grupal como individual. El objetivo principal es la transmisión del método psicoanalítico y la estimulación del desarrollo de cualidades en el terapeuta como: la escucha, la empatía, la intuición y la sensibilidad, que son indispensables para comprender mejor lo que le sucede al paciente, así como para desarrollar la forma más adecuada para comunicárselo. Lo ideal es que este intercambio se lleve a cabo en un clima modesto, amable, cálido y de respeto, en el que se privilegie la libre expresión de ideas y el diálogo, y no en un espacio rígido, superyoico o exigente. Esto permite que el supervisando encuentre su propio estilo y se nutra, a su vez, con las hipótesis, las ideas y las sugerencias del supervisor, quien es cauteloso de no caer en el dogmatismo ni en el adoctrinamiento.

En estos espacios, el supervisando observa y escucha la manera en que el supervisor adapta su conocimiento teórico al material de la sesión. Es un trabajo en el que se une la teoría con la práctica. El aprendizaje ocurre a partir de la identificación del alumno con la función analítica de su mentor que, dicho sea de paso, toma tiempo en desarrollarse. El maestro observa con minuciosidad y comenta a detalle lo que transcurre en la sesión entre el analista y su paciente: el saludo, el rumbo de la asociación libre, las resistencias, las ansiedades, las modalidades defensivas; a su vez, la manera en que el paciente responde a las interpretaciones, el clima emocional que se genera entre ambos y las características del final de la sesión. Todo esto con la intención de que el supervisando desarrolle la sensibilidad para captar e interpretar el significado latente de la situación analítica (fenómenos inconscientes desplegados en la transferencia) e integrarlo con la percepción contratransferencial (entendida como toda reacción emocional que se tiene en el contacto con el paciente).

En este ejercicio de pensamiento, el supervisor le presenta un modelo de pensamiento al alumno. A través de él, le transmite diferentes formas de manejar y hacer frente a los innumerables fenómenos que se presentan en el encuentro con el paciente. El supervisor comparte, siempre con humildad, otra perspectiva, muchas veces distinta y complementaria a la visión del terapeuta.

Como lo mencionamos, el psicoanálisis es una disciplina compleja en la que los ángulos de comprensión son infinitos y varían, según el estilo y la orientación del observador. Empaparse de distintas posturas, es decir, escuchar a distintos supervisores, permite que el analista en formación amplíe su flexibilidad mental para moverse con libertad entre distintos ángulos de comprensión.

La capacitación para el trabajo analítico implica un proceso de transformación personal que resulta sumamente enriquecedor para ambos (supervisor y supervisando). Esta interacción permite, no sólo el incremento del instrumental técnico del analista en entrenamiento, sino que le brinda el soporte emocional que se requiere para hacer frente a las tormentas afectivas que se suscitan en el trabajo clínico con los pacientes.

Si tienes la inquietud de profundizar en tu práctica clínica, no te pierdas el Seminario internacional “Supervisiones desde otras latitudes”, en el que tendremos la posibilidad de escuchar la supervisión de distintos experimentados y talentosos psicoanalistas extranjeros.

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