Principales aportaciones de Otto Kernberg
Por Marta Bernat
Otto F. Kernberg, psiquiatra y psicoanalista de la Escuela Americana, nace en Viena en 1928, y en 1939 emigra con su familia a Chile para escapar de la persecución nazi, donde se forma como psiquiatra y psicoanalista. En 1959 se muda a Estados Unidos, lugar en el que desarrolla su carrera profesional y su obra psicoanalítica. Desde 1976 es director del Instituto de Trastornos de la personalidad en el Hospital Presbiteriano en Nueva York y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Cornell y en la Universidad de Columbia.
Por su formación teórico-clínica en dos países con líneas de pensamiento distintas, su mayor éxito consistió en articular con solidez diferentes teorías psicoanalíticas de la mano de la psiquiatría. Su pensamiento psicoanalítico tiene la influencia de Sigmund Freud, con la teoría pulsional; de Ronald Fairbairn y Melanie Klein, con la teoría de las relaciones de objeto; de Erik Erikson, Edith Jacobson y Margaret Mahler, con la Psicología del yo; y de Frieda Fromm-Reichmann, con las ideas sobre el tratamiento de psicóticos y pacientes graves, entre otras.
Mediante la articulación de la psiquiatría psicodinámica y los diferentes enfoques psicoanalíticos, desarrolló una serie de aportaciones, que explicaré a continuación.
En primer lugar, crea su concepto organización de la personalidad fronteriza. Considera que el síndrome fronterizo no se refiere a un estado transitorio entre la neurosis y la psicosis, sino a una constelación psicopatológica estable que incluye ciertos síntomas particulares, mecanismos de defensa primitivos y una patología específica de las relaciones objetales internalizadas. Estos desórdenes fronterizos son examinados desde el punto de vista descriptivo, estructural y genético dinámico, y sugiere que comparten ciertas características.
En el nivel descriptivo, este concepto se caracteriza por la presencia de dos o más de los siguientes síntomas: ansiedad difusa, flotante y crónica; neurosis polisintomática, que se expresa con la presencia de varios otros síntomas, de forma simultánea, como pueden ser elementos fóbicos, obsesivo-compulsivos, histéricos o hipocondríacos, tendencias paranoides y tendencias sexuales perverso-polimorfas caóticas y múltiples. En un momento dado, no se descartan episodios psicóticos.
En el nivel estructural, se toma en cuenta el estado del yo, pues este se presenta frágil, manifestando una falta de tolerancia a la ansiedad, con pobre control de los impulsos e insuficiente desarrollo de los canales de sublimación. Hay un predominio de mecanismos de defensa primitivos, como la escisión, la identificación proyectiva, la idealización, la negación, la omnipotencia y la desvalorización del objeto. Así mismo, se describe el tipo de relaciones de objeto internalizadas: en cuanto más estables, diferenciadas y emocionalmente profundas sean, mejor pronóstico presentará el paciente.
En el nivel genético-dinámico, se intenta identificar los orígenes de la patología a lo largo del desarrollo evolutivo del individuo. Aquí, habla sobre la presencia de un exceso de agresión pregenital, en especial agresión oral, la cual tiende a ser proyectada a las figuras parentales, y una tendencia genital prematura. En la infancia, los individuos parecen haber sido expuestos a frustraciones extremas y a padres fríos, impulsivos, depresivos, con una marcada agresividad.
En segundo lugar, Kernberg crea una teoría del desarrollo de los trastornos de la personalidad de amplio espectro, como el masoquismo, los trastornos histérico e histriónico, los trastornos antisociales y, en particular, la diferencia estructural de las diversas formas y grados de la patología narcisista, desde el narcisismo normal hasta el narcisismo patológico. Además, realiza un diagnóstico diferencial entre los trastornos fronterizos, la psicosis y la personalidad narcisista.
En tercer lugar, propone una clasificación y diagnóstico de los trastornos del carácter o caracteropatías, basada en la teoría de las relaciones de objeto, dividida en tres niveles: superior, intermedio e inferior. Esta clasificación toma en cuenta la estructura del yo y del superyó, las relaciones de objeto internalizadas y los mecanismos de defensa.
También ha hecho estudios sobre la psicopatología del odio, la perversión y la diferencia con la organización límite de la personalidad; a su vez, ha desarrollado un modelo conceptual sobre la perversión masculina.
Por su formación psiquiátrica, Kernberg considera de gran importancia realizar un diagnóstico diferencial, es decir, diagnosticar con la mayor precisión las constelaciones caracterológicas predominantes de cada cuadro psicopatológico, pues son elementos que repercuten tanto en el pronóstico como en el tratamiento indicado. Para ello, propone una entrevista diagnóstica estructural, en la que se evalúan tres criterios diferenciales: la identidad del yo, el juicio de la realidad y los mecanismos de defensa utilizados para determinar la organización de la personalidad, ya sea neurótica, limítrofe o psicótica.
Así mismo, describe las complicaciones que pueden surgir en el tratamiento, observaciones clínicas, y menciona las circunstancias que favorece o limitan la analizabilidad de los pacientes que presentan estos cuadros psicopatológicos. También describe las características de la transferencia y de la contratransferencia, la organización general del tratamiento, el encuadre terapéutico y los problemas que se presentan durante el mismo.
Realiza modificaciones al abordaje psicoanalítico, recomendando ayudar al paciente a desarrollar un yo observador y a integrar la percepción que tiene de sí mismo y de los demás, interpretando los mecanismos de defensa, así como trabajar en forma sistemática la transferencia negativa en el presente, al igual que la transferencia idealizada, sin llegar a reconstrucciones genéticas. Recomienda, también, poner límites a las actuaciones del paciente dentro y fuera de la sesión, y estructurar, en caso necesario, la vida del paciente, sin afectar la neutralidad del analista.
En situaciones como los episodios psicóticos, los momentos caóticos, los intentos de suicido o las actuaciones graves que pongan en peligro la vida del paciente, recomienda una internación hospitalaria. De ahí la importancia de un abordaje interdisciplinario, con una terapia individual, familiar, grupal y la intervención de un psiquiatra, en caso necesario
Cabe mencionar que también ha investigado la eficacia del psicoanálisis, de la psicoterapia psicoanalítica y del apoyo para los diferentes tipos de pacientes.
Otra de sus contribuciones ha sido escribir sobre las relaciones amorosas normales y patológicas, los impedimentos para enamorarse y la madurez en el amor, señalando las condiciones previas y sus características.
Este autor se ha dedicado a la investigación y publicación de numerosos artículos, monografías y libros sobre los temas ya mencionados, e incluso, para algunos su obra se ha convertido en un clásico de la bibliografía psicoanalítica. Todo esto hace de Otto F. Kernberg uno de los principales representantes del psicoanálisis.
Bibliografía
Bleichmar N. y Leiberman, C. (2017). El psicoanálisis después de Freud. Paidós. (Obra original publicada en 1989).
Kernberg, O. (1998). Las teorías de las relaciones objetales y el psicoanálisis clínico. Paidós. (Obra original publicada en 1976).
Kernberg, O. (2001). Desórdenes fronterizos y narcisismo patológico. Paidós. (Obra original publicada en 1975).
Kernberg, O. (1997). La agresión en las perversiones y en los desórdenes de la personalidad. Paidós. (Obra original publicada en 1994).