La pandemia por COVID-19: un desafío extra a las tareas de la adolescencia

Por Raquel Vega

El 2020 es un año que se vio marcado por el temor y la sensación de que todas las certezas que teníamos se han venido abajo. El SARS-CoV-2 es un virus nuevo, cuyos efectos y consecuencias en las personas siguen sin conocerse cabalmente.

Sabemos que la población más vulnerable en estos momentos incluye a los mayores de sesenta y a las personas con problemas de salud previos y que la población joven puede tener un mejor pronóstico al contraer el virus. Sin embargo, la recomendación de organizaciones nacionales y mundiales de salud es que todos nos quedemos en casa y no salgamos a menos que sea necesario, pues podemos contagiar a otros sin darnos cuenta.

Frente a esta situación, la forma de relacionarnos y realizar nuestras actividades cotidianas ha cambiado. Todas las escuelas ahora dan clases en línea y, aunque hay espacios que han ido reabriendo, la convivencia cercana es un riesgo que se recomienda evitar.

En esta realidad que enfrentamos, algunos van lidiando de mejor manera que otros, acoplándose a las limitaciones y encontrando la forma de seguir cuidándose. Aquellos que tienen oportunidad de trabajar y/o estudiar en casa han hecho lo posible para organizar un espacio y rutinas que les permitan llevar a cabo sus actividades. Sin embargo, una de las poblaciones que se enfrenta a particulares desafíos en nuestro contexto actual es la de los adolescentes.

La adolescencia es un periodo de la vida que se encuentra marcada por múltiples cambios a nivel físico, psíquico y emocional. Antes se pensaba en la adolescencia como una especie de limbo entre la niñez y la edad adulta, pero hoy sabemos que se trata de una etapa muy particular y compleja que implica sus respectivas tareas y desafíos.

En esta etapa el adolescente tiene que realizar un trabajo psíquico muy importante para hacer una representación de los cambios que suceden en el cuerpo, pues se encuentra en un momento de crisis y de transformación tanto en su mundo interno como externo. Elaborar duelos por el mundo infantil: el cuerpo, la identidad y los padres de la infancia, la modificación de la relación con sus padres, el comienzo de la búsqueda de su identidad, la separación de su núcleo familiar, entre otros, son procesos por los que el adolescente tiene que pasar y que se ven afectados por el confinamiento que impone la COVID-19.

Por ejemplo, la búsqueda de identidad es un proceso que se da en gran medida sostenido de los pares. El adolescente deja de ser el “niño obediente” que dice, hace, va y viene a donde los padres dicen. Comienza a preguntarse por lo que le gusta o no, lo que quiere para sí y empieza a despegarse de la familia y a refugiarse en el grupo de amigos para experimentar, salir, atreverse a hacer cosas nuevas. Hoy en día la pandemia trunca la posibilidad del adolescente de salir con los amigos, ir a fiestas o simplemente estar fuera de casa.

Otro ejemplo es el comienzo de la vida sexual. En la adolescencia hay un segundo despertar de la sexualidad que viene acompañada de los cambios físicos y hormonales. La masturbación, la curiosidad sexual y la búsqueda de contenidos eróticos o pornográficos son algunas de las cosas que el adolescente comienza hacer; sin embargo, ahora se encuentra encerrado con la familia y con toda esa energía contenida que no puede ser expresada en la búsqueda de hacerse novio de alguien o de experimentar con su cuerpo, pues no se cuenta con la privacidad necesaria o existe la sensación de que, al estar los padres todo el tiempo en casa, puede ser descubierto.

Es importante mencionar que las reacciones de los adolescentes frente al confinamiento son muy variadas y dependen del contexto en el que vivan, así como del tipo de padres que tengan, entre otros factores. No es lo mismo un chico con cuarto propio que un chico que comparte habitación con tres hermanos, o un chico con padres muy rígidos e invasivos que la presencia de unos padres que promueven que el chico tenga sus propios espacios.

También hay factores muy personales al lidiar con la pandemia. Aun cuando muchos pueden estar desesperados por no poder salir de casa y por tener que estar todo el tiempo con mamá y papá, también están aquellos que se sienten cómodos y seguros en casa y piensan que para ellos el confinamiento está mejor, pues así no se tienen que enfrentar al día a día del adolescente, la escuela, la convivencia y el contacto con la vida sexual. Hay chicos que tienen la capacidad para hallar en el encierro la oportunidad de seguir haciendo cosas, convivir con la familia y conservar sus propios espacios, pero también tenemos a aquellos para los que todo es pesado, difícil e insoportable.  

En el curso Adolescencia y pandemia revisaremos diversas problemáticas y funcionamientos adolescentes por cuales los jóvenes transitan y abordaremos los conflictos que surgen a partir del encierro y la pandemia. El objetivo es comprender de mejor forma a nuestros adolescentes y también contar con mayores herramientas para acompañarlos en este momento tan crucial.   

Artículo del curso «Adolescencia y pandemia» que se llevará a cabo el 10 de febrero de 2021

 

 

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