El trabajo con los padres en la psicoterapia de niños
Por Natalia M. Cervantes y Cecilia Díaz-Berrio
Cuando pensamos en una sesión de psicoterapia psicoanalítica, es común visualizar la imagen de dos personas: una hablando y otra escuchando. Si se trata de la psicoterapia con niños, tal vez imaginemos a dos personas jugando. Aunque en el consultorio sólo estén el terapeuta y el paciente, para que un tratamiento con niños llegue a buen puerto es fundamental considerar el entorno inmediato del menor: ¿qué información pueden aportar su madre, su padre, sus abuelos o quienes estén a cargo de su cotidianidad?, ¿qué papel juegan a lo largo del tratamiento?
Entrevista inicial
Aunque los terapeutas buscan información detallada sobre el menor, el objetivo de la entrevista inicial no es el llenado de un expediente clínico. Lo que importa, sobre todo, es crear un ambiente de confianza, comprensión y empatía que permita a los padres hablar libremente sobre el niño y las razones por las cuales llegan a consulta. A. Aberastury (1962) propone cuatro puntos para guiar esta primera conversación: el motivo de consulta, la historia del niño, el relato de un día común y de un día especial, y las relaciones familiares del menor. El motivo de consulta es lo que los adultos identifican como la razón para consultar al terapeuta. Es común que los padres olviden detalles o datos relevantes, pues suelen vivir la entrevista como un reconocimiento implícito de que han fallado y de que serán juzgados por sus decisiones parentales. Para recolectar información sobre la historia del niño, conviene empezar desde que la pareja se conoció, las condiciones en las que se dio el embarazo, y recordar que las fantasías y el contexto en el que fue concebido suelen aportar información valiosa para la psicoterapia. El relato de un día común y de un día especial revela información puntual sobre la autonomía del niño, cómo es tratado en casa y su lugar dentro de la dinámica familiar. Finalmente, preguntar sobre las relaciones familiares permite identificar los afectos y conflictos posibles en el entorno familiar.
Entrevistas de seguimiento.
Las diferentes escuelas del psicoanálisis infantil proponen algunos modos de aproximación al trabajo con los padres. Aunque generalmente hacen énfasis en el primer contacto con el analista, es a través de las entrevistas subsecuentes que los padres revelan una compleja red de angustias, deseos y conflictos que, muchas veces, se despliegan de manera desordenada y afectan significativamente al niño. En este proceso, la proyección de las propias identificaciones y expectativas de los padres sobre sus hijos puede crear dinámicas problemáticas, especialmente cuando el niño no cumple con las expectativas idealizadas. Por lo tanto, el trabajo con los padres en el psicoanálisis infantil implica una profunda dualidad: pueden ser tanto obstáculos como facilitadores en el desarrollo psíquico de sus hijos y en el curso del tratamiento. Si bien el rol de los padres y lo que ocurre en el entorno familiar es importante, no debemos olvidar que el niño también tiene sus propios conflictos y maneras de afrontar las experiencias.
Por su parte, es crucial que el tratamiento psicoanalítico no se oriente a conformar al «niño ideal» según los deseos parentales, sino que se enfoque en facilitar un espacio donde el niño pueda desarrollar su identidad de manera saludable. La repetición de patrones familiares y la transmisión de traumas son elementos que deben abordarse con sensibilidad y comprensión, reconociendo que los problemas y conflictos de los padres influyen directamente en el bienestar del niño. Es importante trabajar desde un enfoque flexible y adaptado al trabajo con familias, para ayudarles a entender y transformar las dinámicas que pueden estar afectando el desarrollo de sus hijos. Existe una complejidad en el trabajo psicoanalítico y la necesidad de un encuadre que respete las particularidades de cada familia, reconociendo que el bienestar del niño está intrínsecamente ligado al entorno y las relaciones familiares en las que se desenvuelve.
No existen recetas en el psicoanálisis; hay que mantener una actitud flexible y conviene tener entrevistas esporádicas con los padres, paralelamente al tratamiento del hijo. Se debe entender a un niño según el lugar que ocupa en la historia familiar, tomando en cuenta las identificaciones transmitidas a través de las generaciones que le preceden. Es necesario ayudar a los padres a ocupar y sostener su lugar. Muchas interrupciones se deben a que se excluye a los padres del tratamiento, cuando en realidad no se puede tratar a un niño sin que se escuche también a los padres.
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Bibliografía
Aberastury, A. (1962). “Cap. 5. La entrevista inicial con los padres”. Teoría y técnica del psicoanálisis de niños (pp. 75-91). Paidós.
Janin, B (2013). “Capítulo II. Intervenciones con los padres”. Intervenciones en la clínica psicoanalítica con niños. Conjunciones n°32. Noveduc Libros.