Adolescencia: sexo, cuerpo, suicidio

Por Patricia Bolaños

La adolescencia es un momento trascendente en la vida de una persona; no es solamente un período de edad, sino que conlleva una serie de transformaciones. Durante la adolescencia se modifica la comprensión del mundo que teníamos en la infancia, pensamos diferente, experimentamos un cuerpo nuevo lleno de sensaciones inéditas y cambia la forma como nos relacionamos con los demás.

Los adolescentes llevan a cabo un arduo trabajo psíquico para dejar atrás la niñez e ingresar al mundo adulto, lo cual implica construir una identidad, formar vínculos de intimidad con personas significativas, conocer y responsabilizarse por lo que ocurre en su interior. Este proceso requiere tiempo, ya que los cambios que se suscitan a menudo resultan turbulentos.

La sexualidad

En esta etapa, la sexualidad es un tema central. Con la llegada de la pubertad inicia el desarrollo sexual del cuerpo. Al mismo tiempo, se reactivan los placeres y la búsqueda de satisfacción que tuvieron lugar en la infancia. Sin embargo, esto sucede ahora con un cuerpo sexualmente maduro, pero en una mente que aún no se encuentra del todo preparada.

La sexualidad infantil se expresa constantemente en la conducta de los adolescentes: comen todo el tiempo, platican mucho, fuman, se besan o son voraces (estos ejemplos serían manifestaciones de lo oral). Los rasgos anales se muestran en el desorden y la suciedad que forma parte de su vida o cuando dicen muchas groserías. Por otra parte, las redes sociales ofrecen un contexto ideal para el despliegue de los aspectos voyeristas o exhibicionistas de los jóvenes.

Los adolescentes exploran su sexualidad de distintas formas: a través de la fantasía, los tocamientos, la masturbación, el enamoramiento y las relaciones sexuales. Todas estas actividades están ligadas a una gran cantidad de emociones y motivaciones inconscientes.

El cuerpo

En tanto que no es posible ejercer control sobre los cambios que sufre el cuerpo adolescente, con frecuencia se vive como algo extraño y ajeno. El joven tendrá que esforzarse por asimilar dichas modificaciones, dejar atrás el cuerpo conocido de la infancia, entender lo nuevo, junto con las fantasías y emociones que provoca.

Las fantasías sexuales adoptan al cuerpo como uno de sus escenarios principales; tal vez se hagan evidentes a través de la vestimenta o el peinado, pero existen muchas otras maneras. Meltzer describe cómo los adolescentes confunden partes del cuerpo con los órganos sexuales, con la finalidad de sentirse en dominio de la sexualidad o para no tener que lidiar con las dudas y la incertidumbre que genera ese cuerpo nuevo. Un ejemplo de esto sería cuando un joven siente que su discurso seduce a las mujeres, como si se tratara un potente pene.

Para algunos adolescentes el trabajo psíquico que demanda el cuerpo sexuado es muy difícil de tramitar, ya sea por la intensidad de sus emociones o debido a situaciones externas que incrementan la carga de ansiedad. Experimentan los cambios de forma caótica, no reconocen su cuerpo como algo propio y lo viven como ajeno ‒quizá, hasta como algo que le pertenece a los padres‒. También es posible que se perciba como algo peligroso o malo que, por lo tanto, se debe castigar. En estos casos observamos conductas como el cutting, los tatuajes compulsivos, los trastornos de la alimentación, las adicciones, etc.

El suicidio

La peor situación de patología a la que nos enfrentamos durante esta fase es la del adolescente suicida, pues la persona siente que no hay otra salida más que terminar con su vida. Son diferentes los tipos de suicidios, las motivaciones detrás de los mismos, así como los padecimientos involucrados. No obstante, existe un punto de coincidencia: se pierde el contacto con la realidad en momentos donde predominan sentimientos de desesperación, impotencia y dolor.

El psicoanálisis propone una forma profunda y compleja de comprender el funcionamiento mental del adolescente y ofrece herramientas para abordar los múltiples aspectos que constituyen la adolescencia, tanto en la normalidad como en la patología.

 

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